La Alegría es el misterio del amor
Comenzamos este 6º día de la Novena, con el 1º de los 4 Vídeos que conforman la película El Legado, en la que Madre Teresa nos habla.
Escucharla es Orar.Su trabajo es Orar.Sus palabras Oración.
Contemplativas en medio del mundo ,dice con sus Hermanas, las Misioneras de la Caridad.Todo lo hacemos por Jesús.
Recemos escuchándola hoy y en los días siguientes, hasta finalizar el 9º día del Novenario.Recemos
INTRODUCCIÓN
Beatificación en la Plaza de San Pedro. |
Silencio |
Antes de comenzar, busca un lugar sin ruido que te ayude a rezar, preferentemente en una Iglesia o capilla frente al Santísimo Sacramento. Crea el silencio en tu interior porque Dios es amigo del silencio. Él está siempre esperándonos en el silencio - para hablarnos y escucharnos: "En el silencio de nuestros corazones, Dios habla de Su amor; con nuestro silencio, permitimos que Jesús nos ame" (Madre Teresa).
Lee alguna o todas las citas del día y permite que penetren en tu corazón. Quédate con las palabras de la Madre Teresa por un rato y permite que uno de los pensamientos crezca en tu corazón y te acompañe durante todo el día. Únete con todos los hermanos y hermanas en todo el mundo que están sufriendo en la oscuridad y el dolor. Entonces fervorosamente recita la Oración a la Beata Teresa. Puedes también hacer una acción concreta de caridad hacia alguien de tu propia familia, comunidad o vecindario como una forma de vivir más profundamente el espíritu de la Madre Teresa durante el novenario.
DEL 4º AL 7º DÍA DE LA NOVENA
El cuarto día está dedicado a Nuestra Señora, quien nos ayudará a entender mejor el amor sediento de Jesús y responderle como Ella hizo: con amorosa confianza, entrega total y alegría. Por lo tanto, los días quinto, sexto y séptimo estarán dedicados a estas disposiciones del corazón: confianza, entrega total y alegría respectivamente.
"TENGO SED...! no tiene sentido a no ser que através de una entrega total yo le dé todo a Jesús".
"¡Qué fácil es conquistar a Dios! Nos entregamos a Dios, entonces Dios es nuestro; y no hay nada que sea más nuestro que Dios. Si nos entregamos a Él, lo poseeremos como Él se posee a Sí mismo; es decir, viviremos su vida misma. El dinero con que Dios nos paga por nuestra entrega es Él mismo. Nos hacemos dignos de poseerle cuando nos abandonamos a Él de forma sobrenatural. El verdadero amor es entregarse. Cuanto más amamos, tanto más nos entregamos".
"A menudo vemos cables alineados, pequeños y grandes, nuevos y viejos, baratos y caros. A menos y hasta que la corriente pase por ellos, no habrá luz. El cable somos tú y yo. Dios es la corriente. Tenemos el poder de dejar que la corriente pase a través de nosotros, que nos use y que produzca la Luz del Mundo - Jesús; o de negarnos a ser utilizados y permitir que la oscuridad se extienda. Nuestra Señora fue el cable maravilloso. Ella le permitió a Dios que la colmase hsta el borde, de tal forma que por su entrega - ¡Hágase en mí según tu palabra!' - Ella se llenó de gracia y naturalmente, en el momento en que Ella se llenó de esta corriente, la gracia de Dios, fue de prisa a la casa de Isabel para onectar el cable, Juan, a la corriente, Jesús".
Pensamiento del día:
"Permite a Dios que se sirva de tí... sin consultarte".
Pide la gracia de entregar toda tu vida a Dios-
ALEGRÍA |
Recita la oración a la Beata Teresa:
Jesús, tu hiciste de Beata Teresa un ejemplo inspirador de fe firme y de ardiente caridad, un testigo extraordinario del camino de la infancia espiritual, y una gran y estimada maestra del valor y dignidad de toda vida humana.
Concédenos
que ella sea venerada e imitada como uno de los santos canonizados de la
Iglesia.
Escucha
las súplicas de todos aquellos que buscan su intercesión, especialmente la
petición que en este momento imploro... (mencione aquí el favor que pide en esta oración).
Haz
que sigamos su ejemplo atendiendo a tu grito de Sed desde la Cruz y te amemos
con alegría en la apariencia dolorosa de los más pobres entre los pobres,
especialmente en los menos amados y aceptados.
Te
lo pedimos esto por intercesión de María tu Madre y Madre nuestra. Amén
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