Nuestra Señora,
la Virgen de los Dolores
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Ntra.Sra. de los Dolores
Iglesia San Agustín- Málaga |
Después de la Celebración de la Exaltación de la Cruz de Cristo,
la Iglesia recuerda a la Madre del Crucificado
Interior Iglesia San Agustín
Málaga
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La Madre piadosa estaba
junto a la cruz y lloraba
mientras el Hijo pendía;
cuya alma, triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.
¡Oh cuán triste y cuán aflicta
se vió la Madre bendita,
de tantos tormentos llena!
Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.
Y, ¿cuál hombre no llorará,
si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?
¿Y quién no se entristeciera,
Madre piadosa, si os viera
sujeta a tanto rigor?
Por los pecados del mundo,
vió a Jesús en tan profundo
tormento la dulce Madre.
Vio morir al Hijo amado,
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.
¡Oh dulce fuente de amor!
hazme sentir tu dolor para que llore contigo.
Y que, por mi Cristo amado,
mi corazón abrasado más viva en él que conmigo.
Y, porque a amarle me anime,
en mi corazón imprime las llagas que tuvo en sí.
Y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora
las que padeció por mí.
Hazme contigo llorar
y de veras lastimar de sus penas mientras vivo;
porque acompañar deseo en la cruz,
donde le veo, tu corazón compasivo.
¡Virgen de vírgenes santas!
Llore yo con ansias tantas
que el llanto tan dulce me sea;
porque su pasión y muerte tenga en mi alma,
de suerte que siempre sus penas vea.
Haz que su cruz me enamore
y que en ella viva y more
de mi fe y amor indicio;
porque me inflame y encienda,
y contigo me defienda en el día del juicio.
Haz que me ampare la muerte de Cristo,
cuando en tan fuerte trance vida y alma estén;
porque, cuando quede en calmante de amor! hazme sentir tu dolor para que llore contigo.
Y que, por mi Cristo amado,
mi corazón abrasado
más viva en él que conmigo.
Y, porque a amarle me anime,
en mi corazón imprime las llagas que tuvo en sí.
Y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora las que padeció por mí.
Hazme contigo llorar
y de veras lastimar de sus penas mientras vivo;
porque acompañar deseo en la cruz, donde le veo,
tu corazón compasivo.
¡Virgen de vírgenes santas!
Llore yo con ansias tantas
que el llanto tan dulce me sea;
porque su pasión y muerte tenga en mi alma,
de suerte que siempre sus penas vea.
Haz que su cruz me enamore
y que en ella viva y more de mi fe y amor indicio; porque me inflame y encienda,
y contigo me defienda en el día del juicio.
Haz que me ampare la muerte de Cristo,
cuando en tan fuerte trance vida y alma estén; porque, cuando quede en calma,
el cuerpo vaya mi alma
a su eterna gloria .Amén
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