SAN AGUSTIN

¿Cómo aprender Humildad? ¡Sólo con humillaciones!
(Beata Teresa de Calcuta)

...Llenaos primero vosotros mismos; sólo así podréis dar a los demás. (San Agustín)

Dios no pretende de mí que tenga éxito. Sólo me exige que le sea fiel.
(Beata Teresa de Calcuta)

GOTA

... lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota.
(Beata Teresa de Calcuta)

Contento, Señor, Contento (San Alberto Hurtado)

...y ESO ES LA SANTIDAD, DEJAR QUE EL SEÑOR ESCRIBA NUESTRA HISTORIA... (Papa Francisco)

«No ser, no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera...».
(Santa Ángela de la Cruz)

Reconoce cristiano, tu dignidad, que el Hijo de Dios se vino del Cielo, por salvar tu alma. (San León Magno)

martes, 11 de diciembre de 2012

CATEQUESIS DE ADVIENTO


El Adviento, paso a paso.


D.José L. Bellón
 Sacerdote Diocesano
El sacerdote D. José Luis Bellón, párroco 
en la Iglesia Madre del Buen Consejo en 
Torremolinos.

Algo que caracteriza a la religión hebrea y cristiana
 es que Dios ha entrado en la historia humana.
 La revelación de Dios se realiza en la historia y mediante
 la historia con acontecimientos y palabras.
 En esta historia, y por medio de la acción profética,
 Dios sella con nosotros una alianza por la que participamos
 de la naturaleza divina.
Esto es lo que san Pablo llama “misterio”.
 Por lo tanto, cuando decimos que el año litúrgico celebra
 el misterio de Dios en Cristo, lo que queremos decir es
 que el año litúrgico que comenzamos en Adviento,
 rememora y actualiza la intervención definitiva de Dios
 en la historia del hombre: Cristo que se ha hecho
 hombre, para comunicar al hombre la naturaleza divina. 
Así pues, el tiempo de la Iglesia que comenzamos se caracteriza
 por la espera.
 La Iglesia vive un Adviento permanente. El Adviento predispone
 a prepararnos a recibir a Cristo de manera personal y comunitaria, 
como Pueblo de Dios, Iglesia peregrina, en este Año de la fe.



POR DÓNDE EMPEZAMOS
Pues por preparar nuestra alma para oír la Palabra Sagrada,
estar abiertos a la voluntad de Dios y desear andar el camino
 hacia una Navidad cristiana, pues hay muchas otras no cristianas.
Para esperar en Dios, necesitamos amor a Dios, ya que sin este amor,
 no tendremos motivación alguna para profundizar en el entendimiento
 de las Sagradas Escrituras y la Liturgia.
 Por eso leer la Palabra de Dios en Adviento nos llena de esperanza,
 ya que si buscamos entender y practicar las virtudes de Dios, Él se hace
 presente en nosotros y la semilla empieza a brotar.
Es como caminar por la noche y arrastrar los pies, buscando una luz
 en la lejanía que representa de alguna forma el hogar… ¿cuánto queda,
está cerca o lejos?
Igual se encontraban los profetas cuando miraban hacia adelante en
 espera de la redención de su pueblo. No podían decir cuándo habría
de venir el Mesías. Solo sabían que en algún momento la estirpe de David
retornaría de nuevo, que en alguna época se encontraría una llave
que abriría las puertas de la cárcel; que la luz que solo se divisaba
 entonces como un punto débil en el horizonte, se ensancharía al fin,
hasta ser un día sin ocaso. El pueblo de Dios debía estar a la espera.
CUATRO SEMANAS
En la actualidad, el Adviento son cuatro semanas; en ellas se pueden
 encontrar dos períodos:
• Del primer domingo de Adviento hasta el 16 de diciembre:
 se resalta el aspecto de la venida escatológica de Cristo; por ejemplo
en esta oración colecta del lunes de la primera semana: “concédenos,
Señor Dios nuestro, permanecer alerta a la venida de tu Hijo, para que
 cuando llegue y llame a la puerta nos encuentre velando en oración y
cantando su alabanza”. • Del 17 al 24 de diciembre, se resalta la
preparación inmediata de la Navidad; por ejemplo, esta oración
del 19 de diciembre: “Al darte gracias por los dones recibidos te rogamos,
Padre todopoderoso, que avives en nosotros el deseo de salir al encuentro
de Cristo, ya cercano, para que así podamos, con limpieza de espíritu,
celebrar el nacimiento de tu Hijo”.
TRES IDEAS FUNDAMENTALES
•  El Adviento renueva la esperanza.
La Iglesia es la comunidad de la esperanza.
Una idea es poner la corona de Adviento en la mesa central de la casa
y en la tarde del sábado, merienda familiar, se encienden las velas hasta
 el lunes y se lee el Evangelio de cada Domingo.
• Adviento, tiempo de la Iglesia misionera y peregrina. Tiempo de anuncio,
de preparación de iniciación, de convocar, de la caridad, el mejor anuncio
de que Dios llama a la puerta.
(Después de las primeras semanas en común viendo si en casa han tenido
el despertar religioso, se inicia ahora por grupos el primer ciclo de catequesis
de iniciación; catequesis de primer anuncio; vídeo-forum; conciertos guiados
con lecturas bíblicas; montaje progresivo del Belén dándoles significado a
 las figuras).
• Adviento, tiempo por excelencia de María, Virgen de la espera:
que nos recuerda la espera y la acogida del misterio de Cristo por
parte de la Virgen de Nazaret: la llena de gracia, la bendita entre las mujeres,
 la Virgen, la Esposa de José, la sierva del Señor, la mujer nueva, la nueva Eva.
 El sí de la Anunciación se convierte en el sí de la nueva alianza,
que canta el Magníficat. (Adecuado el Santo Rosario meditado; destacar
 y adornar una imagen de la Virgen “en espera”).


TRES GRANDES FIGURAS
• ISAÍAS. Una antiquísima tradición ha asignado al Adviento la lectura
 del profeta Isaías, porque en él, más que en los otros profetas, se encuentra
 un eco de la gran esperanza que ha confortado al pueblo de Dios en los siglos
de la dura esclavitud y en los momentos más decisivos de su historia.
 Es un anuncio de esperanza perenne para los hombres de todos los tiempos.
Profeta Isaías
• JUAN EL BAUTISTA. El último de los profetas, resume en su persona 
y en su palabra la historia precedente en el momento en que apunta ya su
 cumplimiento. Signo de la intervención de Dios a favor de su pueblo,
 el precursor tiene la misión de preparar los caminos del Señor
 y señalar a Cristo.
San Juan Bautista
• SANTA MARÍA. En Adviento se pone de relieve la relación y
 la cooperación de Santa María al misterio de la redención.
 María Inmaculada es el prototipo de la humanidad redimida, 
el fruto más espléndido de la venida redentora de Cristo.
 Ella, como canta el prefacio de la solemnidad, quiso Dios
 que “fuese… comienzo e imagen de la Iglesia,
 esposa de Cristo llena de juventud y de limpia hermosura”.
Artículo escrito por D José Luis Bellón en la web del Obispado de Málaga:
                                                                    www.diocesismalaga.es





Hoy día 11 de Diciembre la Iglesia celebra 

la Fiesta de Santa Maravillas de Jesús, Carmelita . 
Desde aquí mi felicitación a las monjas de clausura
 Carmelitas de Torremolinos, 
continuadoras de la Regla  de la Santa.

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