Cruz de la Unidad. M. Schoensttat |
Oh Jesús!
Te ruego por tus fieles y
fervorosos sacerdotes,
por tus sacerdotes tibios e
infieles,
por tus sacerdotes que
trabajan cerca o en lejanas misiones,
por tus sacerdotes que sufren
tentación,
por tus sacerdotes que sufren
soledad y desolación,
por tus jóvenes sacerdotes,
por tus sacerdotes ancianos,
por tus sacerdotes enfermos,
por tus sacerdotes
agonizantes
por los que padecen en el
purgatorio.
Pero sobre todo, te
encomiendo a los sacerdotes que me son más queridos,
al sacerdote que me bautizó,
al que me absolvió de mis
pecados,
a los
sacerdotes a cuyas Misas he asistido y que me dieron tu Cuerpo y Sangre en la
Sagrada Comunión,
a los
sacerdotes que me enseñaron e instruyeron, me alentaron y aconsejaron,
a todos
los sacerdotes a quienes me liga una deuda de gratitud,
especialmente al P.S.V, a D.J.L., a F.J., a
D. G., a D.A.,a D.R., a D.J.A.,
D. M., a D. F., a D. R., a D.A. y a D. J.
D. M., a D. F., a D. R., a D.A. y a D. J.
¡Oh Jesús, guárdalos a todos
junto a tu Corazón y concédeles
abundantes bendiciones en el
tiempo y en la eternidad!
Amén
SALMO 117
Este es el día en que actuó el Señor
sea nuestra alegría y nuestro gozo
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.
En el peligro grité al Señor,
y me escuchó, poniéndome a salvo.
El Señor está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme el hombre?
El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los jefes.
Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.
Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
«La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.»
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
—Ésta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
—
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
—Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, Él nos ilumina.
—
Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.
Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Este es el día en que actuó el Señor
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
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