Tanto al tirano le place
hacer de su orgullo ley,
que por deshacer a un Rey
un millar de reyes hace.
Hace reyes de excelencia
con cabezas coronadas,
pues son coronas logradas
el martirio y la inocencia.
Con los niños desvalidos
hace de su fuerza alarde
y, como es sólo un cobarde,
no espera a verlos crecidos.
Por matar a un enemigo
siembra de sangre Belén,
y en Belén, casa del trigo,
no muere un Rey, nacen cien.
Y así su cólera loca
no puede implantar su ley,
pues quiere matar a un Rey
y corona a cuantas toca.
La furia del mal así
no puede vencer jamás,
pues, cuando me hiere a mí,
estás tú, Señor, detrás.
Estás para convertir
en corona cada muerte,
para decirnos que el fuerte
es el que sabe morir. Amén
RECEMOS TODOS
Oración
Los mártires Inocentes proclaman tu gloria en este día, Señor, no
de palabra, sino con su muerte; concédenos, por su intercesión,
testimoniar con nuestra vida la fe que confesamos de palabra. Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario