SAN AGUSTIN

¿Cómo aprender Humildad? ¡Sólo con humillaciones!
(Beata Teresa de Calcuta)

...Llenaos primero vosotros mismos; sólo así podréis dar a los demás. (San Agustín)

Dios no pretende de mí que tenga éxito. Sólo me exige que le sea fiel.
(Beata Teresa de Calcuta)

GOTA

... lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota.
(Beata Teresa de Calcuta)

Contento, Señor, Contento (San Alberto Hurtado)

...y ESO ES LA SANTIDAD, DEJAR QUE EL SEÑOR ESCRIBA NUESTRA HISTORIA... (Papa Francisco)

«No ser, no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera...».
(Santa Ángela de la Cruz)

Reconoce cristiano, tu dignidad, que el Hijo de Dios se vino del Cielo, por salvar tu alma. (San León Magno)

domingo, 11 de diciembre de 2011

III DOMINGO DE ADVIENTO:LA ALEGRÍA y LA HUMILDAD

Camino a Belén
Jesús es el motivo de nuestra alegría


La iglesia siempre ha llamado a este tercer domingo de Adviento el domingo de la alegría o “Gaudete” y se debe a que toda la celebración nos anuncia a Jesucristo como la causa de nuestra alegría. Ya la misma antífona de entrada nos lo anuncia, “estad alegres en el Señor; os lo repito estad alegres. El Señor esta cerca” Isaías anuncia: “se alegrará el páramo y la estepa”. 

El adviento nos trae la Buena Nueva de la salvación, nos trae a Jesús.  Y el adviento nos muestra que es Jesús el verdadero esperado de los tiempos y que es la promesa cumplida. La salvación se obra para bien del hombre; “los cojos andan, los ciegos ve, los sordos oyen” es el cumplimiento de la profecía de Isaías.
                                                                             
Estimados amigos:Una de las causas de esa alegría es la humildad.
 ¡ Qué difícil resulta vivir esta virtud ! Difícil.

Pero que fácil es ver y sentir como la vivían  María y José mientras
esperaban el Nacimiento del Hijo de Dios.                                                                                                                                                            
                                                                         
Me gustaría extenderme y escribir sobre ella, pero no me es posible ahora.

Invito desde aquí a todos a  que meditemos sobre esta virtud de la humildad, para disfrutar de la serenidad de la alegría.


Oración
Estás viendo, Señor, cómo tu pueblo espera con fe la fiesta del 
nacimiento de tu Hijo; concédenos llegar a la Navidad, fiesta de 
gozo y salvación, y poder celebrarla con alegría desbordante. (Laudes 11.12.11)



En el gozo por la espera del Salvador y por ser testigos de su Buena Nueva, encendamos nuestra tercera vela de la Corona de Adviento.



Oración
Señor, Tú eres la salud,
Tú viniste para darnos vida.
Tú curas nuestras heridas y
nos invitas a compartir tu
vivir para los demás.
Gracias, Señor, porque has
compartido nuestra vida y,
amándonos hasta el final, nos
has revelado que sólo el
amor sana y salva.
Amén.



Corona del III Domingo de Adviento
                                                                               
                                                           
                                                                               

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