SAN AGUSTIN

¿Cómo aprender Humildad? ¡Sólo con humillaciones!
(Beata Teresa de Calcuta)

...Llenaos primero vosotros mismos; sólo así podréis dar a los demás. (San Agustín)

Dios no pretende de mí que tenga éxito. Sólo me exige que le sea fiel.
(Beata Teresa de Calcuta)

GOTA

... lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota.
(Beata Teresa de Calcuta)

Contento, Señor, Contento (San Alberto Hurtado)

...y ESO ES LA SANTIDAD, DEJAR QUE EL SEÑOR ESCRIBA NUESTRA HISTORIA... (Papa Francisco)

«No ser, no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera...».
(Santa Ángela de la Cruz)

Reconoce cristiano, tu dignidad, que el Hijo de Dios se vino del Cielo, por salvar tu alma. (San León Magno)

miércoles, 20 de febrero de 2013

PENÚLTIMO ANGELUS DE BENEDICTO XVI


Benedicto XVI: «Os suplico que continuéis rezando por mí y por el próximo Papa»






El Papa Benedicto XVI, durante el rezo de su penúltimo Ángelus

Con voz serena y aspecto más descansado que los días pasados,Benedicto XVI ha dirigido el penúltimo rezo del Ángelus desde la ventana de su apartamento ante una plaza de San Pedro soleada, repleta de fieles, y adornada con muchas pancartas. En sus palabras en español, el Papa invitó a vivir bien la Cuaresma, y sugirió:“pidamos al Señor que la contemplación de los misterios de su pasión, muerte y resurrección nos ayude a seguirlo más de cerca”.
Pero lo más conmovedor fueron sus palabras de agradecimiento cuando, en realidad, los fieles venían a darle las gracias a él. Benedicto XVI dijo que “de corazón agradezco a todos su oración y afecto en estos días”. Acto seguido, añadió una petición, que era su mensaje esencial: “Os suplico que continuéis rezando por mí y por el próximo Papa, así como por los Ejercicios espirituales, que empezaré esta tarde junto a los miembros de la Curia Romana”.
Benedicto XVI desea que todos los fieles estén tranquilos, y que se viva esta transición con la serenidad de la confianza en Dios: “Llenos de fe y esperanza, encomendemos la Iglesia a la maternal protección de María Santísima”. El Papa agradeció varias veces la presencia de los fieles, sus aplausos y sus gestos de afecto, tanto de peregrinos como de romanos, que se manifestaban en un gigantesco clamor, vítores y aplausos fortísimos. Era la penúltima oportunidad de demostrarle cariño. Era el penúltimo Ángelus de Benedicto XVI.
(ABC.es- 17.2.13)



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