El Buen Pastor |
OBEDIENCIA, MISERICORDIA, ORACIÓN, SED DE DIOS...ACCIÓN
PRIMERA LECTURA
El Dios de la paz, que hizo retornar de entre los muertos al gran pastor, os confirme en todo bien
Lectura de la carta a los Hebreos 13, 15-17. 20-21
El Dios de la paz, que hizo retornar de entre los muertos al gran pastor, os confirme en todo bien
Lectura de la carta a los Hebreos 13, 15-17. 20-21
Hermanos:
Por medio de Jesús, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que profesan su nombre.
No os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros mutuamente; ésos son los sacrificios que agradan a Dios.
Obedeced con docilidad a vuestros dirigentes, pues ellos se desvelan por vuestro bien, sabiéndose responsables; así lo harán con alegría y sin lamentarse, con lo que salís ganando.
Que el Dios de la paz, que hizo subir de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesús, en virtud de la sangre de la alianza eterna, os ponga a punto en todo bien, para que cumpláis su voluntad.
Él realizará en nosotros lo que es de su agrado, por medio de Jesucristo; a él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
Palabra de Dios.
Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R.
Preparas una mesa ante mi, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. R.
EVANGELIO
Andaban como ovejas que no tenían pastor
Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 30-34
Andaban como ovejas que no tenían pastor
Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo:
-«Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco. »
Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado.
Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
Misericordia |
Por eso, Cristo combinaba sabiamente con sus apóstoles estos dos ingredientes. Los apóstoles vuelven de predicar y hacer milagros y Cristo se los lleva a un lugar solitario, para estar con ellos, para charlar, para que compartan con él sus alegrías y dificultades, sus victorias y derrotas. Le encanta estar con sus amigos. Disfruta cuando lo buscamos y le abrimos nuestro corazón. Cuando le miramos para aprender de Él, cuando le confiamos nuestras inquietudes y dudas. Y este contacto con el Maestro deja una huella en nuestra vida. "La oración es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre. Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de Él" (Catecismo de la Iglesia Católica, 2560)
Es peligrosa la pretensión de querer hacer muchas obras y acciones por el bien de los demás, si no nos damos tiempo para estar con Cristo, a quien vamos a predicar. Pero también es un error el quedarnos solos con Él, sin salir al encuentro de nuestros hermanos. Dios nos quiere en la oración y en la acción, siempre de la mano de Cristo. Cuando Él estaba con sus apóstoles, la multitud les vio y se acercó de nuevo. Y Cristo, compadecido, se puso a enseñarles junto con los apóstoles.
Ser cristianos significa que seguimos a Cristo. Seguir sus huellas, andar detrás de Él. Anuncio, dinamismo, movimiento, entrega. No fuimos elegidos para la pasividad y el acomodamiento.
Propósito
Revisar si puedo mejorar la calidad del tiempo y el lugar que dedico a mi oración diaria.
Diálogo con Cristo
Jesús mío, gracias por recordarme que no estoy solo en la lucha por mi santificación, Tú estás siempre a mi lado, guiando y cuidando mi camino para que sepa conjugar el trabajo con la oración, el quehacer con los momentos de transformación espiritual personal. El descanso es una oportunidad que me das para mi renovación interior, para estar en condiciones de realizar con alegría mi trabajo al servicio de la familia, del prójimo y de Dios.
(Fuente. Catholic.net)
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