No me mueve, mi Dios, para querete
El cielo que me tienes prometido
Ni me mueve el infierno tan temido
Para dejar por eso de ofenderte
El cielo que me tienes prometido
Ni me mueve el infierno tan temido
Para dejar por eso de ofenderte
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
Clavado en una cruz y escarnecido;
Muéveme ver tu cuerpo tan herido,
Mueveme tus afrentas y tu muerte.
Clavado en una cruz y escarnecido;
Muéveme ver tu cuerpo tan herido,
Mueveme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
Que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
Y, aunque no hubiera infierno te temiera.
Que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
Y, aunque no hubiera infierno te temiera.
No tienes que me dar porque te quiera;
Pues, aunque cuanto espero no esperara,
Lo mismo que te quiero te quisiera.
Pues, aunque cuanto espero no esperara,
Lo mismo que te quiero te quisiera.
(Anónimo)
Este es el blog de Miguel Martínez Galindo, Laico Misionero de la Caridad de la Beata Teresa de Calcuta,Grupo de Málaga, que quiere aprovechar el momento presente para Crecer en Humildad, que no es otra cosa que la Auténtica Verdad Recemos, sirviendo a los demás, para llegar a esa Verdad:Dios Nuestro Padre y Señor..
No hay comentarios:
Publicar un comentario