SAN AGUSTIN

¿Cómo aprender Humildad? ¡Sólo con humillaciones!
(Beata Teresa de Calcuta)

...Llenaos primero vosotros mismos; sólo así podréis dar a los demás. (San Agustín)

Dios no pretende de mí que tenga éxito. Sólo me exige que le sea fiel.
(Beata Teresa de Calcuta)

GOTA

... lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota.
(Beata Teresa de Calcuta)

Contento, Señor, Contento (San Alberto Hurtado)

...y ESO ES LA SANTIDAD, DEJAR QUE EL SEÑOR ESCRIBA NUESTRA HISTORIA... (Papa Francisco)

«No ser, no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera...».
(Santa Ángela de la Cruz)

Reconoce cristiano, tu dignidad, que el Hijo de Dios se vino del Cielo, por salvar tu alma. (San León Magno)

domingo, 26 de mayo de 2013

LA SANTÍSIMA TRINIDAD



¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!,
la Iglesia nos sumerge en tu misterio;
te confesamos y te bendecimos,
Señor, Dios nuestro.
Como un río en el mar de tu grandeza,
el tiempo desemboca en hoy eterno,
lo pequeño se anega en lo infinito,
Señor, Dios nuestro.
Oh Palabra del Padre, te escuchamos;
oh Padre, mira el rostro de tu Verbo;
oh Espíritu de amor, ven a nosotros;
Señor, Dios nuestro.
¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!,
haced de nuestras almas vuestro cielo,
llevadnos al hogar donde tú habitas,
Señor, Dios nuestro.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu:
Fuente de gozo pleno y verdadero,
al Creador del cielo y de la tierra,

Señor, Dios nuestro. Amén.


Santísima Trinidad


Bendita sea, ahora y por siempre, y por todos los 
siglos, la santa y única Trinidad, que ha creado y gobierna todas las 
cosas.

PRECES
Llenos de alegría, adoremos y glorifiquemos al Padre, y al 
Hijo, y al Espíritu Santo:

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Padre santo, a nosotros, que no sabemos pedir lo que nos conviene, 
dígnate darnos el Espíritu Santo,
—para venga en ayuda de nuestra debilidad e interceda por 
nosotros según tú.

Hijo de Dios, que pediste al Padre que diera a tu Iglesia el Defensor,
—haz que el Espíritu de la verdad estés siempre con nosotros.

Ven, Espíritu Santo, y comunícanos tus frutos: el amor, la alegría, la 
paz, la comprensión, la servicialidad, la bondad,
—la lealtad, la amabilidad, el dominio de sí, la sobriedad, la 
castidad.
Padre todopoderoso, que enviaste a nuestros corazones el Espíritu 
de tu Hijo, que clama: «¡Abba, Padre!»,
—haz que nos dejemos llevar por el Espíritu, para que seamos 
herederos tuyos y coherederos con Cristo.

Cristo, que enviaste el Defensor, que procede del Padre, para que 
diera testimonio de ti,
—haz que también nosotros demos testimonio de ti ante los 
hombres.

Bendita sea, ahora y por siempre, y por todos los 
siglos, la santa y única Trinidad, que ha creado y gobierna todas las 
cosas. Amén

No hay comentarios:

Publicar un comentario