NUESTROS HIJOS

Queridos hijos:

 Los hijos son el regalo de Dios al Amor.

Y aunque muchas veces no se comprenda y nos preguntemos ¿Por qué ahora?, la respuesta solo la tiene Él, origen de la vida y de la Vida, siempre para nuestro bien. Aceptemos la vida que nos viene como reflejo del Amor de Dios, aún en las dificultades.

Los hijos son la alegría de la casa y  la bendición de Dios a la pareja, hombre y mujer.

Frutos del amor, los hijos van llegando a la casa, al hogar que en su día se formó para  recibirles, con la confianza plena en Dios, que nos ayuda en su cuidado.

Pero a veces, el gran trabajo y responsabilidad  que tenemos hacia ellos, se nos va de las manos, por nuestra propia inexperiencia.

Por muchos hijos que tengamos, cada uno tiene su carácter, sus opiniones, sus preferencias y por tanto aunque todos son tratados igual en el amor que se les tiene, no todos responden lo mismo a ese amor, y los padres tenemos que modificar nuestro actuar hacia ellos.

Queridos hijos, es difícil ser padre/madre, no hay escuela que enseñe ese Oficio, el único modo de actuar es con mucho amor, aceptación y corrección cuando proceda. Al principio por propia inexperiencia como padres y después por la variabilidad de situaciones que suceden.

Tendréis que disculparnos cuando no logremos ser los padres perfectos, también tenemos nuestros defectos, que sólo desde vuestro amor y comprensión podremos sobrellevarlos. La unión de la Familia es lo más importante para todos nosotros.

Queremos ser los mejores padres para vosotros, con sacrificio y paciencia, pero también con exigencia y perseverancia. A veces es dolorosa vuestra educación, la falta de colaboración en el Proyecto Familiar, que no comprendemos en su totalidad, nos hace sentir el sufrimiento en el ejercicio de nuestra labor como padres. Todos debemos aceptar nuestras limitaciones.

Como sabéis creemos, en Dios, nuestro Padre Creador, en su Hijo Jesús, que fue enviado a Salvarnos, y en el Espíritu Santo que nos Ilumina. No olvidamos a María, Madre de Nuestro Señor, Madre del Amor y a su Esposo S. José, que formaron la Sagrada Familia.

Que ellos sean nuestro y vuestro modelo como padres e hijos y que recibamos la Ayuda y Bendición de esta Familia de Nazaret, para contribuir así al deseo de Dios: que todos seamos santos.

(Dedicado a mi hijo menor).