SAN AGUSTIN

¿Cómo aprender Humildad? ¡Sólo con humillaciones!
(Beata Teresa de Calcuta)

...Llenaos primero vosotros mismos; sólo así podréis dar a los demás. (San Agustín)

Dios no pretende de mí que tenga éxito. Sólo me exige que le sea fiel.
(Beata Teresa de Calcuta)

GOTA

... lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota.
(Beata Teresa de Calcuta)

Contento, Señor, Contento (San Alberto Hurtado)

...y ESO ES LA SANTIDAD, DEJAR QUE EL SEÑOR ESCRIBA NUESTRA HISTORIA... (Papa Francisco)

«No ser, no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera...».
(Santa Ángela de la Cruz)

Reconoce cristiano, tu dignidad, que el Hijo de Dios se vino del Cielo, por salvar tu alma. (San León Magno)

martes, 19 de marzo de 2013

SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ

El Señor San José

  Señor San José, casto esposo de la Virgen María intercede para que obtenga los dones necesarios para ser un padre que obedece la Voluntad de Dios en todo momento.
Haz que consiga ser dócil, paciente, servidor y que mi trabajo sea convertido en alabanza, no por mis méritos sino por la ayuda y gracia que Dios me conceda por  tu intercesión.
  Que las virtudes de la Humildad y de la Pureza, me acompañen junto a la Fe, Esperanza y Caridad, durante toda mi vida.
Tú que, a pesar de tus inseguridades personales supiste aceptar dócilmente el Plan de Dios tan pronto supiste de él, ayúdame a tener esa misma actitud obediente, para responder siempre y en todo lugar, a lo que el Señor me pida.
Varón prudente que no te apegas a las seguridades humanas sino que siempre estuviste abierto a responder a lo inesperado, obtenme el auxilio del Divino Espíritu para que viva yo también en prudente desasimiento de las seguridades terrenales.
Modelo de celo, de trabajo constante, de fidelidad silenciosa, de paternal solicitud, obtenme esas bendiciones, para que pueda crecer cada día más en ellas y así asemejarme día a día al modelo de la plena humanidad: EL SEÑOR JESÚS.
Amén
Oremos
Oh Dios, que por una providencia inefable, tuviste a bien elegir al Bendito San José como esposo de Tu Madre, Te rogamos nos concedas que, como le veneramos como protector en la tierra, podamos merecer tenerlo como intercesor en el cielo. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Oh glorioso San José, ayúdanos a utilizar los dones que hemos recibido del Dios Todopoderoso:
Para trabajar con confianza, orden, paz, moderación y, paciencia, sin negar jamás nuestras responsabilidades y dificultades
Para trabajar sobre todo con una intención pura y una separación del interés en sí mismo; teniendo siempre presente la hora de la muerte y el recuento que debemos hacer del tiempo malgastado, de los talentos desempleados, del bien deshecho y, de nuestro vacío orgullo en el éxito.
Alcánzanos, San José, la gracia de hacer siempre la Santa Voluntad de Dios. Amén.

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