SAN AGUSTIN

¿Cómo aprender Humildad? ¡Sólo con humillaciones!
(Beata Teresa de Calcuta)

...Llenaos primero vosotros mismos; sólo así podréis dar a los demás. (San Agustín)

Dios no pretende de mí que tenga éxito. Sólo me exige que le sea fiel.
(Beata Teresa de Calcuta)

GOTA

... lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota.
(Beata Teresa de Calcuta)

Contento, Señor, Contento (San Alberto Hurtado)

...y ESO ES LA SANTIDAD, DEJAR QUE EL SEÑOR ESCRIBA NUESTRA HISTORIA... (Papa Francisco)

«No ser, no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera...».
(Santa Ángela de la Cruz)

Reconoce cristiano, tu dignidad, que el Hijo de Dios se vino del Cielo, por salvar tu alma. (San León Magno)

lunes, 2 de marzo de 2015

FIESTA DE SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ

FIESTA-SANTA-ÁNGELA-CRUZ
SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ Y LA BEATA MARÍA DE LA PURÍSIMA

FIESTA DE SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ

Nos referimos a la fiesta de Santa Ángela de la Cruz como una manifestación de la caridad que nace de cada una de las casas del Instituto de La Cruz y el recuerdo de su fundadora que subió al cielo en el día de hoy. 2 de Marzo.


Carisma

Viendo que no podía ser monja en el convento, se dijo a si misma: "Seré monja en el mundo"
e hizo los Votos religiosos. Un billete de 1º de noviembre de 1871 nos revela que
"María de los Ángeles Guerrero, a los pies de Cristo Crucificado" promete vivir conforme
a los consejos evangélicos: Ya que le ha fallado ser monja en el convento, será monja
fuera.
Dos años más tarde, Ángela pone en manos del doctor Torres Padilla unas reflexiones
personales en las que se propone, no vivir siguiendo a Jesús con la cruz de su vida,
sino vivir permanentemente clavada en ella junto a Jesús.

De ahora en adelante se llamará Ángela de la Cruz.
Ángela comienza a afirmarse en una idea que le ha venido con fuerza:
"hay que hacerse pobre con los pobres".
Su alma caminó de claridad en claridad, a través de las pruebas interiores más terribles,
apoyada en la clarividencia y firmeza de su director, hasta las cumbres del desposorio
espiritual con Cristo. El 22 de marzo de 1873 comienza a descubrir con nitidez su
carisma personal de ser ante Dios y la Iglesia Ángela de la Cruz.

Tuvo una visión del Calvario con dos cruces, una frente a la otra y muy cerca.
En una estaba Jesús crucificado. Se sintió llamada por Él, en la otra: con unos
deseos tan vivos y un ansia tan vehemente y un consuelo tan puro, que no me
quedaba duda que era Dios quien me invitaba a subir a la cruz. De ahí en adelante,
no volverá atrás en la dirección indicada por esa gracia: la pobreza, el desprendimiento
de todo lo terreno a imitación de san Francisco, y la santa humildad , característica
más típica, traducida en humillación: Que no haya otro estado tan bajo, tan
despreciable, tan humillante, al que yo no pertenezca, y eso hasta después de su muerte.

Había encontrado el tesoro, que se le descubrirá como la voluntad de Dios, de crear un
Instituto de victimas que se quieran unir a Jesús en la Cruz por la salvación de sus
hermanos los pobres.

Las luces y gracias recibidas de Dios en ese tiempo, le fueron descubriendo no sólo
el espíritu del nuevo Instituto, sino también, con luces y energías espirituales
extraordinarias, en la historia de la espiritualidad, los caracteres que convenían a sus
casas, a sus capillas, portería, dormitorio y hasta la distribución ordinaria del
tiempo en sus comunidades.

Se le descubría la necesidad de rebatir con la vida de estas nuevas religiosas la
corrupción de su siglo. Los librepensadores del tiempo piensan en las religiosas
como en gente que no quiere trabajar y buscan una vida cómoda; y de las
que se dedican a la caridad, no saben sino mandar sin que a ellas les falte nada.
La regla de estas religiosas había de demostrar con el ejemplo que por sólo
amor de Dios, se abrazan con todo lo contrario.
Había de reunir en una sola vida: la penitencia de los Padres del desierto con la
caridad de san Vicente de Paul; la contemplación y pobreza de la más oculta religiosa
con la vida laboriosa de quien trabaja para aumentar el socorro de los pobres.

Pensaba en jóvenes, desprendidas de todo lo terreno hasta de ellas mismas, 
sin nada terreno más que la ropa puesta y ésta de limosna: sin flores 
ni estampas ni ninguna clase de animalitos, para que en nada pueda apegarse el corazón;
ocultas y desconocidas y sin ninguna apariencia que las haga especiales; una comunidad 
de vida extraordinaria por su penitencia, obediencia y mortificación en todo.

"De oración continua a imitación de los ángeles, que bajan del cielo para aliviar 
a sus hermanos los hombres sólo cuando Dios se lo manda. Silenciosas 
por las calles, lo único que debería distinguirlas es la modestia, compostura y 
dulzura con que habían de tratar a todos". El Instituto ayer y hoy.

En la casa había de reinar un profundo silencio, con sus paredes blancas y 
toda muy limpia. En el corredor ningún mueble más que de trecho en trecho 
un cuadrito sencillo con la estación del Vía Crucis.

El ajuar basto y limpio. Todo había de ayudar y convidar a la oración, el desprendimiento
de todo, sugerir la limpieza de cuerpo y de espíritu, predicar la pobreza con solo su estilo
y el seguimiento de Cristo crucificado.

Veía a las Hermanas como ángeles volar con diligencia a la asistencia de los pobres
enfermos a domicilio, para evitarles el desconsuelo de verse abandonados, o apartados
de la familia, porque no tienen quien se ocupe de ellos.

En invierno de 1873 Ángela formula votos perpetuos fuera del claustro, y por el
voto de obediencia queda unida al padre Torres. Pero su mente y su corazón inquietos
comienzan a "reinar" en una idea que continuamente le asalta:
formar la "Compañía de la Cruz".
Obstinada en su empeño el 17 de enero de 1875 comienza a trazar su proyecto, que,
como toda obra noble, se verá colmado por el éxito, más ante los ojos de Dios que ante
los ojos de los hombres.


Últimos días

A los 85 años de edad, en junio de 1931, se presentaron los primeros síntomas de su última enfermedad.

Tuvo una embolia cerebral gravísima. En julio perdió el habla y, después de nueve meses
clavada en la cruz, la muerte le sorprendió con las manos llenas de amor, pero vacías de
entregar a los demás su vida hecha dulzura, milagro cotidiano de luz. A las tres menos
veinte de la madrugada del día 2 de marzo de 1932, desde su tarima alzó el busto, levantó
 los brazos hacia el cielo, abrió los ojos, esbozó una dulce sonrisa, suspiró tres veces y se
apagó para siempre, cayendo recostada sobre su tarima. Su espíritu ya estaba desde hace
tiempo en las manos del señor.

Sus hijas espirituales se han transmitido como testamento sus últimas palabras
que habían sido:

"No ser, no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera......"

Pero hacía ya tiempo que había escrito para sí misma con toda autenticidad:

La nada calla, la nada no se disgusta , la nada todo lo sufre... la nada no se impone,

la nada no manda con autoridad, la nada en fin en la criatura es la humildad práctica

Había vivido particularmente iluminada como maestra en la práctica de la virtud.

Personas de todas las clases sociales rindieron homenaje a la hoy Santa, por privilegio
del Gobierno de la Segunda República Española, fue sepultada en la cripta de la
Casa Madre en Sevilla. Dos días después el Ayuntamiento republicano de la ciudad
de Sevilla, presidido por el alcalde don José González Fernández de Lavandera,
decidió por unanimidad que constase en acta el sentimiento de la Corporación por
la muerte de la religiosa y decidió se rotulase con su nombre la entonces llamada
calle Alcázares, donde estaba y continúa el convento.
Esta decisión tiene gran importancia, si tenemos en cuenta las ideas anticlericales
imperantes en la época.


Capilla ardiente de Sor Ángela de la Cruz el 2 de Marzo de 1932
situado en la Casa Madre donde los sevillanos acudieron en masa
a llorarla a una mujer que ya en vida fue considerada Santa.
FIESTA-DE-SANTA ÁNGELA-DE-LA-CRUZ






No hay comentarios:

Publicar un comentario