S.S.Juan Pablo II y Dr. Lejeune |
Esta semana se cerró en
Notre Dame (Francia) la fase investigativa del proceso de beatificación del
médico e investigador francés Jérôme Lejeune, padre de la genética moderna y
mundialmente reconocido como descubridor del síndrome de Down.
En 2004,
Fiorenzo Angelini, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud , solicitó el inicio
del proceso, a diez años de la muerte del científico, que fue abierto en 2007.
Años antes, en
1997, Juan Pablo II, en la
Jornada Mundial de la Juventud de París, fue a rezar ante la tumba del
que consideró su amigo y llegó a ser el primer presidente de la Academia Pontificia
para la Vida.
Lejeune soñaba
con curar el síndrome de Down, para ello creó una fundación en Francia dedicada
a la investigación y tratamiento no sólo de este mal, sino también de otros
síndromes de enfermedades mentales genéticos. Este centro continúa hoy su
trabajo y cuenta además con un comité que ayuda a diferentes grupos en todo el
mundo.
En 1969, pese
a que era muy considerado en todos los centros de investigación del mundo, se
le cerraron repentinamente todas las puertas ya que fue claro en mostrar su
postura contra el aborto en ese tiempo en que iniciaron las campañas abortistas
en Europa y Estados Unidos.
En el libro “La dicha de vivir. Jérôme Lejeune, mi padre”
(Del original francés “La Vie
es un bonheur. Jérôme Lejeune, mon père”, traducido al inglés “Life is a
Blessing: a biography of Jérôme Lejeune”), su hija Clara cuenta que el rechazo
a su postura contra el aborto fue a tal extremo que nadie se interesó cuando
hizo su descubrimiento.
En 1971
realizó un discurso en el National Institute for Health y después de esto mandó
un mensaje a su esposa en que dijo: "hoy perdí mi Premio Nobel". En
el discurso se refirió al aborto diciendo: "Ustedes están transformando su
instituto de salud en un instituto de muerte".
Dr. Jérôme Lejeune |
Oración para
pedir la beatificación de Lejeune
"Oh
Dios, que creaste al hombre a tu imagen y lo destinaste a compartir tu Gloria,
te damos gracias por haberle dado a tu Iglesia el profesor Jerôme Lejeune,
eminente servidor de la vida.
Él
supo poner su penetrante inteligencia y su fe profunda al servicio de la
defensa de la vida humana, especialmente de la vida en gestación, en el
incansable empeño de cuidarla y sanarla. Testigo apasionado de la verdad y de
la caridad, supo reconciliar, ante los ojos del mundo contemporáneo, la fe y la
razón.
Concédenos
por su intercesión, según tu voluntad, la gracia que te pedimos, con la
esperanza de que pronto sea contado entre el número de tus santos. Amén".
Con
aprobación eclesiástica, Mons. André Vingt-Trois, Arzobispo de París.
Se ruega comunicar las
gracias recibidas a: Postulación de
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