SAN AGUSTIN

¿Cómo aprender Humildad? ¡Sólo con humillaciones!
(Beata Teresa de Calcuta)

...Llenaos primero vosotros mismos; sólo así podréis dar a los demás. (San Agustín)

Dios no pretende de mí que tenga éxito. Sólo me exige que le sea fiel.
(Beata Teresa de Calcuta)

GOTA

... lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota.
(Beata Teresa de Calcuta)

Contento, Señor, Contento (San Alberto Hurtado)

...y ESO ES LA SANTIDAD, DEJAR QUE EL SEÑOR ESCRIBA NUESTRA HISTORIA... (Papa Francisco)

«No ser, no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera...».
(Santa Ángela de la Cruz)

Reconoce cristiano, tu dignidad, que el Hijo de Dios se vino del Cielo, por salvar tu alma. (San León Magno)

lunes, 20 de marzo de 2017

SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA

San José y el Niño

INVOCACIÓN INICIAL 
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor date prisa en socorrerme.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


HIMNO

Cante tu gloria célica armonía,
tú que compartes con la siempre pura
la misteriosa genealogía
de la Escritura.

Esposo vírgen de la Virgen Madre,
en quien Dios mismo declinó su oficio;
réplica humilde del eterno Padre,
padre nutricio.

Último anillo de las profecías,
¡oh patriarca de la nueva alianza!,
entre tus brazos se acuño el Mesías,
nuestra esperanza.

Guarda a la Iglesia de quien fue figura
la inmaculada y maternal María;
guárdala intacta, firme y con ternura
de eucaristía.

Gloria a Dios Padre que tu amor decuida,
gloria a Dios Hijo que te fue confiado,
gloria al Espíritu que alentó tu vida
para el Amado. Amén.
 


SALMODIA

Ant. 1 Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es el Mesías.

- Salmo 112 -

Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 1 Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es el Mesías.

Ant. 2 Fue enviado de parte de Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen, deposada con un hombre llamado José.

 


- Salmo 145 -

Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.

No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;

que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.

El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,

el Señor guarda a los peregrinos;
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 2 Fue enviado de parte de Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 

a una virgen, desposada con un hombre llamado José.

Ant. 3 Estando desposada, María la madre de Jesús, con José, antes de que empezaran a vivir juntos, 

se encontró en cinta por obra del Espíritu Santo.
 



Cántico
Ef. 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas
tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 3 Estando desposada, María la madre de Jesús, con José, antes de que empezaran a vivir juntos, 

se encnntró en cinta por obra del Espíritu Santo.

 


LECTURA BREVE

Col 3, 23-24

Lo que hacéis, hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor y no a los hombres: 

sabiendo bien que recibiréis del Señor en
reconmpensa la herencia. Servid a Cristo
 


RESPONSORIO BREVE

V. El justo florecerá como un lirio.
R. El justo florecerá como un lirio.

V. Y se alegrará eternamente ante el Señor.
R. Como un lirio.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El justo florecerá como un lirio.

 


CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Este es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto frente de su servidumbre. 

Cántico de la Santísima Virgen María


Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el todo poderoso ha hecho conmigo cosas grandes,
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia para siempre
 

El Sueño de San José

PRECES


Acudamos suplicantes a Dios Padre todopoderoso, de quien procede toda la familia del cielo y de la tierra,
 y digámosle suplicantes:

Padre nuestro que estás en los cielos, escúchanos.
·  Padre santo, tú que en la aurora del nuevo Testamento revelaste a José el misterio mantenido en silencio
desde el origen de los siglos,
ayúdanos a conocer cada vez mejor a tu Hijo, verdadero Dios y verdadero hombre.
·  Padre celestial, tú que alimentas las aves del cielo y vistes la hierba del campo, concede a todos los hombres el pan de cada día para su cuerpo y el alimento de la eucaristía para su espíritu.
·  Creador del universo, tú que entregaste al hombre la obra de tus manos, haz que los trabajadores puedan disfrutar de manera digna del fruto de su trabajo.
·  Señor, tú que eres la fuente de toda la justicia y deseas que todos seamos justos,
por intercesión de san José, ayúdanos a agradarte en todo.

Se pueden añadir algunas intenciones libres


Señor, tu que velas por nosotros en todo momento, escucha nuestras súplicas,
líbranos de las asenchanzas del Maligno y no permitas que nos separemos de ti.

Dios Santo, por intercesión de San José, protege a todas las Ordenes Religiosas y 
Congregaciones que lo invocan como protector y que por la acción del Espíritu Santo,
 vean aumentadas  sus vocaciones para el servicio de la Iglesia

Protege ,Señor a todos los enfermos, y a sus familias, 

necesitados del auxilio paternal de San José en momentos de dificultad

Haz, Señor, que los moribundos y los que ya han muerto, obtengan tu misericordia eterna, por medio de tu Hijo,
de María y de san José.


-Porque somos miembros de la familia de Dios, nos atrevemos a decir: Padre Nuestro ...
 



ORACIÓN

Dios todopoderoso, que, en los albores del nuevo Testamento, encomendaste a san José los misterios de nuestra salvación, haz que ahora tu Iglesia, sostenida por la intercesión del esposo de María, lleve a
su pleno cumplimieto la obra de la salvación de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

 


CONCLUSIÓN.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén. 

Rezar con San José
Oh glorioso San José, esposo de la Virgen Inmaculada, padre nutricio del Hijo de Dios, constituido jefe de la Sagrada Familia y celestial patrono de la Iglesia católica;
Tú, cuya fe triunfó sobre la duda, cuya justicia igualó a la castidad, en quien la obediencia sirvió a la sabiduría, la fortaleza acompañó a la prudencia y la magnanimidad rivalizó con la humildad;
Tú, modelo de los que se dedican al trabajo, seguridad de los que se arrojan a la batalla, terror de los demonios desencadenados contra la obra del Redentor;
Tú, por cuya virtud fue librado de peligros extremos el Dios hecho hombre, y que desde lo alto del cielo extiendes tu protección a su Cuerpo místico, sujeto a los ataques siempre renovados de sus enemigos;
Dirige tu mirada a toda la Iglesia, para salvaguardar el sacerdocio y la fe católicos.
Animados de una confianza sin límites en tu poderoso patrocinio, oh bienaventurado patriarca José,te rogamos permitas consagrar a ti en la Iglesia a todos sus miembros y todas sus obras, a fin de ensalzar sus glorias y virtudes.
Dígnate a cambio, oh generosísimo dispensador de las larguezas del Rey de la gloria, disfrutar de los  beneficios que tu paternidad distribuye a toda la Iglesia: consérvala como tu propiedad, mantenla fiel, haz que viva e irradie el Sacrifico del altar, enriquécela de vida interior, confirma a sus miembros en la santidad y en la castidad propia de su estado, fortifícala en sus santas labores apostólicas, condúcela en el combate de la fe, desarma las trampas del Enemigo y hazla servir útilmente a los demás
Dígnate, por fin, oh fiel intercesor nuestro, ser un sostén firme del romano Pontífice en su función de confirmar a sus hermanos en la profesión de la fe clara y plena del bienaventurado Pedro: Tú eres el Cristo, Hijo de Dios vivo.
Oh Tú, providencialmente establecido al lado de María Reina, haz que gracias a tu irresistible mediación ante Jesús, sumo Sacerdote y Rey de la eterna gloria, podamos vivir y testimoniar con todas sus consecuencias la divinidad, el sacerdocio y la realeza de Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.





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