Este es el blog de Miguel Martínez Galindo, Laico Misionero de la Caridad de la Beata Teresa de Calcuta,Grupo de Málaga, que quiere aprovechar el momento presente para Crecer en Humildad, que no es otra cosa que la Auténtica Verdad Recemos, sirviendo a los demás, para llegar a esa Verdad:Dios Nuestro Padre y Señor..
SAN AGUSTIN
¿Cómo aprender Humildad? ¡Sólo con humillaciones!
(Beata Teresa de Calcuta)
Dios no pretende de mí que tenga éxito. Sólo me exige que le sea fiel.
(Beata Teresa de Calcuta)
GOTA
... lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota.
(Beata Teresa de Calcuta)
Contento, Señor, Contento (San Alberto Hurtado)
...y ESO ES LA SANTIDAD, DEJAR QUE EL SEÑOR ESCRIBA NUESTRA HISTORIA... (Papa Francisco)
«No ser, no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera...».
(Santa Ángela de la Cruz)
Reconoce cristiano, tu dignidad, que el Hijo de Dios se vino del Cielo, por salvar tu alma. (San León Magno)
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viernes, 18 de noviembre de 2011
LA CASUALIDAD
Dios escribe derecho con renglones torcidos, decimos muchas veces. Y es verdad.
Buceando en Internet encuentro una canción, Oración en la Música, que viene a complementar el título de este blog.
Además de las canciones que comienzan a escucharse al abrir el blog, y que se pueden detener, cuando cada uno lo estime oportuno, es posible escuchar esta canción, que invita a la oración, a la misericordia y a la esperanza…
Señor, yo no soy digno de que entres a mi casa…
Te invito a que la escuches para que con ella comprendas lo que Dios te pide que cambies, veas lo que no aceptas ver, y aceptes las propuestas que Él te regala en su Misericordia.
Recemos.
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Verdaderamente ninguno de nosotros somos dignos de Jesús entre en nuestra casa, pero precisamente ha sido Él el que nos ha regalado esa dignidad:
ResponderEliminar"Pero cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la Ley, para redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos.
Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo» ¡Abba!, es decir, ¡Padre!
Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios."
Debemos intentar conservar ese don recibido , ese tesoro que guardamos recipientes de barro, para que se vea bien nada procede de nosotros, sino de Dios.