Los métodos de Stalin
Autor: Santiago MARTÍN, sacerdote
Stalin, tan sanguinario y que sembró Rusia de cadáveres, incluidos algunos de sus antiguos camaradas comunistas, decía que el asesinato no era la primera arma a emplear. Primero, afirmaba, había que intentar comprar al que podía ser una molestia. Si eso no funcionaba, había que anularlo y para ello había que rebuscar en su pasado a ver si se encontraba algo vergonzoso; si era así, se aireaba y, si era de poca importancia, se exageraba; pero si no se encontraba nada, se inventaba; para Stalin, era mejor un zombi, un muerto en vida, que un cadáver. Sólo si esos dos pasos no funcionaban, se recurría al asesinato, generalmente previa tortura.
Los métodos de Stalin no se han olvidado y algunos creen que ahora van a utilizarse por parte de los que han perdido la batalla del Sínodo, sin llegar -confiemos- al extremo de sembrarlo todo de cadáveres. Aún no sabemos el contenido del documento final del Sínodo de los obispos, pero todo parece indicar que no sólo no se va a tocar la doctrina, sino que los cambios en la pastoral no pasarán de ser un acompañamiento misericordioso a los divorciados vueltos a casar, convivientes y homosexuales, que es por otro lado lo que la Iglesia siempre ha hecho. La decepción y el enfado de los que han promovido el cambio es inmensa y buscan a los responsables de su derrota para hacerles pagar un alto precio por ello.
Me consta que ha empezado la caza para decapitar a los que han defendido a Cristo y a su Iglesia del asalto de los relativistas. Un nuncio en un país latino decía esta semana que a los que se han opuesto al cambio les iban a estallar "bombas morales" entre las manos y esto ha empezado ya. Se está difundiendo vía email la acusación de violación contra un importante cardenal latinoamericano. Circula por Roma un escrito procedente de un nuncio de un país africano denigrando al cardenal Saráh. Al cardenal Pell le reabrirán una vieja acusación por un supuesto apoyo a un sacerdote pederasta hace muchos años. Los durísimos ataques al cardenal Cañizares por lo que dijo sobre los emigrantes no son una mera casualidad, sino que responden a un propósito muy concreto. Y esto no ha hecho más que empezar. Pero también los periodistas están siendo objeto de ataques, bien quitándoles la acreditación para acceder a la Sala de Prensa, bien hurgando en su pasado.
A pesar de sus cadáveres amontonados, Stalin no logró sus objetivos. Tampoco estos lo conseguirán. Podrán desacreditar a los que han estado en primera línea del combate, pero otros vendrán. La sangre de los mártires, siempre es semilla de cristianos.
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