SAN AGUSTIN

¿Cómo aprender Humildad? ¡Sólo con humillaciones!
(Beata Teresa de Calcuta)

...Llenaos primero vosotros mismos; sólo así podréis dar a los demás. (San Agustín)

Dios no pretende de mí que tenga éxito. Sólo me exige que le sea fiel.
(Beata Teresa de Calcuta)

GOTA

... lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota.
(Beata Teresa de Calcuta)

Contento, Señor, Contento (San Alberto Hurtado)

...y ESO ES LA SANTIDAD, DEJAR QUE EL SEÑOR ESCRIBA NUESTRA HISTORIA... (Papa Francisco)

«No ser, no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera...».
(Santa Ángela de la Cruz)

Reconoce cristiano, tu dignidad, que el Hijo de Dios se vino del Cielo, por salvar tu alma. (San León Magno)

domingo, 4 de octubre de 2015

APERTURA DEL SÍNODO SOBRE LA FAMILIA



Hoy comienza el Sínodo de la Familia, en la que Obispos, Religiosos, Laicos Especializados y el Papa Francisco tendrán su actividad correspondiente, debatirán propondrán y llegarán a conclusiones concretas.
¿Era necesario un sínodo dedicado a la familia?
Personalmente creo que no. La familia es lo que es, independientemente de las variadas situaciones vitales a las que el hombre se expone, es libre.
Acomodar de pronto toda la Doctrina de la Iglesia a esas situaciones, no sé  si es lo correcto, necesario, imprescindible en el momento, tampoco se trata de tapar u obviar nada, harto conocido.
La Iglesia ha hablado mucho y en teoría, la Caridad, no está ausente.
De todas formas solo Dios sabe de la necesaria oportunidad de este Sínodo.
Los que pertenecemos a la Iglesia, no debemos parar de Rezar, para que el Espíritu Santo, lleve la Luz a donde  sea necesario y apague los incendios intelectuales provocados por sus enemigos.
Él sabe. Recemos.
Oportunamente el Oficio de Lecturas de hoy, ofrece texto de la Primera carta de San Pablo a  Timoteo, que ciertamente,me ha recordado la Apertura del Sínodo esta mañana:

Misión de Timoteo. Pablo, predicador del Evangelio
1Tm 1,1-20
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por disposición de Dios, nuestro salvador, y de Jesucristo, nuestra esperanza, a Timoteo, verdadero hijo en la fe. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro.
Al salir para Macedonia, te encargué que no te movieras de Éfeso; tenías que mandarles a algunos que no enseñaran doctrinas diferentes ni se ocuparan de fábulas e interminables genealogías, cosas que llevan más a discusiones que a formar en la fe como Dios quiere. Esa orden tiene por objeto el amor, que brota del corazón limpio, de la buena conciencia y de la fe sincera. Algunos han fallado en esto y se han dado a vanas palabrerías; pretenden ser maestros de la ley, cuando no saben lo que dicen, ni entienden de lo que dogmatizan.
Sabemos que la ley es cosa buena, siempre que se use legítimamente, sabiendo esto: que no ha sido instituida para el justo; está para los criminales e insubordinados, para los impíos y pecadores, sacrílegos y profanadores, para los parricidas, matricidas y asesinos; para los libertinos, invertidos y traficantes de esclavos; para los mentirosos, perjuros y para todo lo demás que se oponga a la sana enseñanza según el Evangelio de la gloria de Dios bienaventurado, que me han confiado.
Doy gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me hizo capaz, se fió de mí y me confió este ministerio. Eso que yo antes era un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero Dios tuvo compasión de mí, porque yo no era creyente y no sabía lo que hacía. El Señor derrochó su gracia en mí, dándome la fe y el amor cristiano.
Podéis fiaros y aceptar sin reserva lo que os digo: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el primero. Y, por eso, se compadeció de mí: para que en mí, el primero, mostrara Cristo Jesús toda su paciencia, y pudiera ser modelo de todos los que creerán en él y tendrán vida eterna. Al Rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Te encomiendo dar estas instrucciones, Timoteo, hijo mío, ateniéndome a los dichos inspirados que te designaron ya hace tiempo; apoyado en ellos, presta servicio en este noble combate, armado de fe y de buena conciencia.
Algunos se desentendieron de ella y han naufragado en la fe, entre ellos Himeneo y Alejandro; yo los entregué a Satanás para que aprendan a no decir blasfemias.
R/. El Señor derrochó su gracia en mí, dándome la fe y el amor cristiano. Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores.
V/. Pues todos pecaron y todos están privados de la gloria de Dios.
R/. Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores.

RECEMOS . EL ESPÍRITU SANTO GUÍE E ILUMINE EL SÍNODO. RECEMOS

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