PREPARANDO... ALTAR ESTADIO DE AMMAN |
VIAJE DEL PAPA FRANCISCO A ORIENTE MEDIO
24.5.14
El Estadio de Amán ha
acogido la primera misa celebrada por el Santo Padre en su peregrinación a
Tierra Santa. Una gran multitud de fieles han acompañado a Francisco en la
celebración litúrgica, animada previamente por algunos cantos en español. La
misa ha sido celebrada en árabe aunque el Santo Padre ha pronunciado la homilía
en italiano.
"En el Evangelio
hemos escuchado la promesa de Jesús a sus discípulos: 'Yo le pediré al Padre
que les envíe otro Paráclito, que esté siempre con ustedes'. El primer
Paráclito es el mismo Jesús; el 'otro' es el Espíritu Santo. Tomando estas
palabras de la lectura de hoy, el Santo Padre ha comenzado la homilía en el
Estadio de Amán, Jordania.
Francisco ha observado
que se encuentran "no muy lejos" del lugar en el que el Espíritu
Santo descendió con su fuerza sobre Jesús de Nazaret, después del bautismo de
Juan en el Jordán. Y así ha señalado que el evangelio de este domingo
nos invita a meditar
"sobre el Espíritu Santo, sobre su obra en Cristo y en nosotros, y que
podemos resumir de esta forma:
el Espíritu
realiza tres acciones: prepara, unge y
envía".
Recordando que en el
bautismo, el Espíritu se posa sobre Jesús para prepararlo a su misión de
salvación, "misión caracterizada por el estilo del Siervo manso y humilde,
dispuesto a compartir y a entregarse totalmente". Pero -ha precisado- el
Espíritu Santo, presente desde el principio de la historia de la salvación, ya había
obrado en Jesús en el momento de su concepción en el seno virginal de María
realizando la obra admirable de la Encarnación.
Y a continuación ha
mencionado a Simeón y Ana, que al ver al Niño, "intuyen que Él es el
Esperado por todo el pueblo. En la actitud profética de los dos videntes se
expresa la alegría del encuentro con el Redentor y se realiza en cierto sentido
una preparación del encuentro del Mesías con el pueblo".
El Papa ha afirmado
que las diversas intervenciones del Espíritu Santo forman parte de una acción
armónica, de un único proyecto divino de amor, que la misión del Espíritu Santo
consiste en generar armonía y obrar la paz en situaciones diversas y entre
individuos diferentes. "La diversidad de personas y de ideas no debe
provocar rechazo o crear obstáculos, porque la variedad es siempre una
riqueza", ha subrayado el Papa. Por tanto, ha pedido al Espíritu Santo
prepare el camino de la paz y de la unidad.
En segundo lugar, el
Pontífice ha indicado que el Espíritu Santo unge. Con la unción del Espíritu,
-ha señalado- la santidad de Jesucristo se imprime en nuestra humanidad y nos
hace capaces de amar a los hermanos con el mismo amor con que Dios nos ama. Por
eso, ha invitado a pedir al Padre "que nos unja para que seamos plenamente
hijos suyos, cada vez más conformados con Cristo, para sentirnos todos hermanos
y así alejar de nosotros rencores y divisiones, y amarnos fraternamente".
Finalmente, el
Espíritu envía, ha afirmado el Papa. "Ungidos por el mismo Espíritu,
también nosotros somos enviados como mensajeros y testigos de paz", ha
xplicado. Añadiendo que "la paz no se puede comprar: es un don que hemos
de buscar con paciencia y construir 'artesanalmente' mediante pequeños y
grandes gestos en nuestra vida cotidiana". Asimismo, ha señalado que
"el camino de la paz se consolida si reconocemos que todos tenemos la
misma sangre y formamos parte del género humano; si no olvidamos que tenemos un
único Padre del cielo y que somos todos sus hijos, hechos a su imagen y
semejanza".
Al finalizar la
homilía, ha abrazado con este espíritu, "al Patriarca, a los hermanos
Obispos, a los sacerdotes, a las personas consagradas, a los fieles laicos, así
como a los niños que hoy reciben la Primera Comunión y a sus familiares".
Y ha afirmado que su corazón "se dirige también a los numerosos refugiados
cristianos provenientes de Palestina, de Siria y de Iraq: lleven a sus familias
y comunidades mi saludo y mi cercanía".
Para concluir, el
Pontífice argentino ha exhortado a pedir al Espíritu Santo "que prepare
nuestros corazones al encuentro con los hermanos más allá de las diferencias de
ideas, lengua, cultura, religión; que unja todo nuestro ser con el aceite de la
misericordia que cura las heridas de los errores, de las incomprensiones, de
las controversias; que nos envíe, con humildad y mansedumbre, a los caminos,
arriesgados pero fecundos, de la búsqueda de la paz".
(24 de mayo de 2014) © Innovative Media Inc.
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