Evangelio según San Mateo, capítulo 2, versículos del 13 al 18
28 de Diciembre de 2013
13. Luego que partieron, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto, donde permanecerás, hasta que yo te avise. Porque Herodes va a buscar al niño para matarlo".
14. Y él se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, y salió para Egipto,
15. y se quedó allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por el profeta: "De Egipto llamé a mi hijo".
DEGOLLACION DE LOS INOCENTES
16. Entonces Herodes, viendo que los magos lo habían burlado, se enfureció sobremanera, y mandó matar a todos los niños de Betlehem y de toda su comarca, de la edad de dos años para abajo, según el tiempo que había averiguado de los magos.
17. Entonces se cumplió la palabra dicha por el profeta Jeremías:
18. "Un clamor se hizo oír en Rama, llanto y alarido grande: Raquel llora a sus hijos y rehusa todo consuelo, porque ellos no están más".
14. Unas ocho o diez jornadas de camino a través del desierto separan Egipto de Palestina. San José es modelo de la virtud de la obediencia. Sin proferir excusas, tan obvias en tal trance, abandona al instante el país natal y acata en todo la santa voluntad de Dios, que para él había reservado las tareas más penosas. A su obediencia y humildad corresponde su gloria y poder en el cielo.
15. Véase Oseas 11, 1 y nota explicativa.
18. Con el versículo citado, San Mateo quiere expresar la inmensidad del dolor aludiendo a la tumba de Raquel, esposa de Jacob, sepultada en el camino de Jerusalén a Belén (Gén. 35, 19; Jer. 31, 15). Rama: localidad situada al Norte de Jerusalén y campo de concentración de los judíos que por Nabucodonosor fueron llevados al cautiverio de Babilonia (587 a. C.). "Raquel se alza de su sepulcro para llorar la partida de sus hijos a Babilonia y para mezclar sus lamentos con los de las madres de los Inocentes". La Iglesia celebra el 28 de diciembre la memoria de éstos como flores del martirio por Cristo.
Tanto al tirano le place
hacer de su orgullo ley,
que por deshacer a un Rey
un millar de reyes hace.
Hace reyes de excelencia
con cabezas coronadas,
pues son coronas logradas
el martirio y la inocencia.
Con los niños desvalidos
hace de su fuerza alarde
y, como es sólo un cobarde,
no espera a verlos crecidos.
Por matar a un enemigo
siembra de sangre Belén,
y en Belén, casa del trigo,
no muere un Rey, nacen cien.
Y así su cólera loca
no puede implantar su ley,
pues quiere matar a un Rey
y corona a cuantas toca.
La furia del mal así
no puede vencer jamás,
pues, cuando me hiere a mí,
estás tú, Señor, detrás.
Estás para convertir
en corona cada muerte,
para decirnos que el fuerte
es el que sabe morir. Amén
Ellos no saben que mueren, pero hay personas que eliminan a los niños porque les resulta rentable.
Hoy los santos inocentes son los niños no nacidos.
El único Egipto en el que las madres valerosas se pueden refugiar es la fe en Dios y el amor a la vida, vida que defienden del aborto, con amor y fortaleza admirables.
(Texto en rojo tomado de un estimado y sabio teólogo)
(Texto en rojo tomado de un estimado y sabio teólogo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario