ORACIÓN
POR TODOS LOS SACERDOTES
Oh Jesús!
Te ruego por todos tus sacerdotes.
Te ruego por tus fieles y fervorosos sacerdotes,
por tus sacerdotes tibios e infieles,
por tus
sacerdotes que trabajan cerca o en lejanas misiones,
por tus sacerdotes que sufren tentación, soledad o
desolación, por los que se han secularizado y abandonaron el ejercicio del
ministerio sacerdotal, por los que han sido suspendidos o expulsados del Ordo
Sacerdotalis
por tus sacerdotes tocados por la ignorancia, por los
que viven su ministerio, con falta de Fe, Esperanza o Caridad,
por tus jóvenes
sacerdotes, por tus sacerdotes ancianos,
por tus
sacerdotes enfermos, por tus sacerdotes agonizantes,
por los que padecen en el purgatorio.
Te encomiendo a
los sacerdotes
que me son especialmente estimados:
Al sacerdote que
me bautizó,
a los que me absolvieron y absuelven mis pecados,
a los sacerdotes a cuyas Misas he asistido y
asisto, ofreciéndome tu Cuerpo y Sangre en la Sagrada Comunión,
a los sacerdotes que me enseñaron e
instruyen en la Fe y en la Doctrina de la Santa Madre Iglesia,
a los sacerdotes que me alentaron y
aconsejaron servir al Señor, para realizar su Voluntad, en su primera llamada,
y a los que me facilitaron recibir los Sacramentos de la Confirmación y del
Matrimonio.
Te ruego, Señor, por todos los sacerdotes,
en especial por aquellos a los que me liga una deuda de gratitud, que siempre será impagable.
Especialmente rezaré por los
seminaristas, novicios y por todos los elegidos y llamados por el Señor, para
servir a los demás, en su Iglesia, y que se encuentran en los distintos centros
de formación del mundo.
Igualmente te presento mis
oraciones, Señor, por los sacerdotes apresados o encarcelados, ocultos por
falta de libertad religiosa, por los que
sufren, por los despreciados y por los abandonados, por los que sienten miedo o
tristeza,
por aquéllos por los que nadie reza,
por los que son maltratados y
agredidos, martirizados.
Por los que omiten o descuidan sus
funciones y no obedecen la Doctrina de la Iglesia, por los que se sienten
superiores y han olvidado la grandiosa humildad de su ministerio, siempre al
servicio de los demás y por aquellos en posible situación de pecado.
Imprescindible rezar, Señor,
por los sacerdotes que son fieles, cumplen sus
Votos o Promesas y buscan la Santidad,
son Servidores, arriesgan y
entregan su vida por los demás, están Felices y Alegres por haber sido elegidos
por Dios, y le alaban en los Sacramentos, fomentando la Piedad, que la Iglesia
y los Santos han propuesto desde siempre a todos los fieles.
Recibe Señor, mi oración, por las
santas actividades pastorales de todos los sacerdotes, por el ejercicio de su
ministerio sacerdotal en comunión con la Iglesia y por su sufrimiento y
fidelidad en los momentos de dificultad.
Ayúdanos para servirles siempre que
lo necesiten, colaborando en sus trabajos y actividades, acompañando también en
momentos difíciles, facilitando así el ejercicio de su ministerio.
¡Oh Jesús, guárdalos a
todos junto a tu Corazón y concédeles
abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad!
Que, María, Madre de los Sacerdotes, les cuide siempre.
Amén. Recemos (29.11.15)
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Oración por las Vocaciones
Tú que llamaste a tus
discípulos a cualquier hora del día sin importar su edad, ni su procedencia, sigue
hoy fortaleciendo a tu viña con muchos y santos apóstoles que quieran consagrar
su vida en el ministerio sacerdotal.
Envía obreros a tu
mies para alimentar con tu Palabra y tu Pan que da la Vida Eterna, a las
diócesis más necesitadas de tus ministros.
Que Santa María
interceda por aquellos que, imitándola, respondan a la elección del Señor,
haciendo cada vez más presente el Reino de los Cielos. Amén.
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Señor Jesús
presente en el Santísimo Sacramento,
que quisiste perpetuarte entre nosotros por
medio de tus Sacerdotes, concédenos Sacerdotes santos.
Haz que sus palabras sean sólo las tuyas,
que sus gestos sean los tuyos,
que su vida sea fiel reflejo de la tuya.
Que ellos sean los hombres que hablen a Dios
de los hombres
y hablen a los hombres de Dios.
Que no tengan miedo al servicio, sirviendo a
la Iglesia como Ella quiere ser servida.
Que sean hombres, testigos del Eterno en
nuestro tiempo, caminando por las sendas de la historia con Tu mismo paso y
haciendo el bien a todos.
Que sean fieles a sus compromisos, celosos de
su vocación y de su entrega, claros espejos de la propia identidad y que vivan con la alegría del don
recibido.
Te lo pido por tu Madre Santa María: Ella, que
estuvo presente en Tu Vida, estará siempre presente en la vida de tus
sacerdotes. Amén
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