Hoy ha nacido la Virgen María del linaje de David;
por ella vino la salvación del mundo a los creyentes,
y por su vida gloriosa todo el orbe quedó iluminado.
Celebremos con devoción el nacimiento de la bienaventurada Virgen María.
Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado
San Andrés de Creta
Sermón 1: PG 97, 806-810
Cristo es el fin de la ley: él nos hace pasar de la esclavitud de esta ley a la libertad del espíritu. La ley tendía hacia él como a su complemento; y él, como supremo legislador, da cumplimiento a su misión, transformando en espíritu la letra de la ley. De este modo, hacía que todas las cosas lo tuviesen a él por cabeza. La gracia es la que da vida a la ley y, por esto, es superior a la misma, y de la unión de ambas resulta un conjunto armonioso, conjunto que no hemos de considerar como una mezcla, en la cual alguno de los dos elementos citados pierda sus características propias, sino como una transmutación divina, según la cual todo lo que había de esclavitud en la ley se cambia en suavidad y libertad, de modo que, como dice el Apóstol, no vivamos ya esclavizados por lo elemental del mundo, ni sujetos al yugo y a la esclavitud de la ley.
Éste es el compendio de todos los beneficios que Cristo nos ha hecho; ésta es la revelación del designio amoroso de Dios: su anonadamiento, su encarnación y la consiguiente divinización del hombre. Convenía, pues, que esta fulgurante y sorprendente venida de Dios a los hombres fuera precedida de algún hecho que nos preparara a recibir con gozo el gran don de la salvación. Y éste es el significado de la fiesta que hoy celebramos, ya que el nacimiento de la Madre de Dios es el exordio de todo este cúmulo de bienes, exordio que hallará su término y complemento en la unión del Verbo con la carne que le estaba destinada. El día de hoy nació la Virgen; es luego amamantada y se va desarrollando; y es preparada para ser la Madre de Dios, rey de todos los siglos.
Un doble beneficio nos aporta este hecho: nos conduce a la verdad y nos libera de una manera de vivir sujeta a la esclavitud de la letra de la ley. ¿De qué modo tiene lugar esto? Por el hecho de que la sombra se retira ante la llegada de la luz, y la gracia sustituye a la letra de la ley por la libertad del espíritu. Precisamente la solemnidad de hoy representa el tránsito de un régimen al otro, en cuanto que convierte en realidad lo que no era más que símbolo y figura, sustituyendo lo antiguo por lo nuevo.
Que toda la creación, pues, rebose de contento y contribuya a su modo a la alegría propia de este día. Cielo y tierra se aúnen en esta celebración, y que la festeje con gozo todo lo que hay en el mundo y por encima del mundo. Hoy, en efecto, ha sido construido el santuario creado del Creador de todas las cosas, y la creación, de un modo nuevo y más digno, queda dispuesta para hospedar en sí al supremo Hacedor.
R/. Celebremos, con devoción, en este día el nacimiento de María, Virgen perpetua y Madre de Dios cuya vida ilustre da esplendor a todas las Iglesias.
V/. Con todo el corazón y toda el alma, cantemos la gloria de Cristo en esta sagrada fiesta de María, la excelsa Madre de Dios.
R/. Cuya vida ilustre da esplendor a todas las Iglesias.
San Andrés de Creta
Sermón 1: PG 97, 806-810
Cristo es el fin de la ley: él nos hace pasar de la esclavitud de esta ley a la libertad del espíritu. La ley tendía hacia él como a su complemento; y él, como supremo legislador, da cumplimiento a su misión, transformando en espíritu la letra de la ley. De este modo, hacía que todas las cosas lo tuviesen a él por cabeza. La gracia es la que da vida a la ley y, por esto, es superior a la misma, y de la unión de ambas resulta un conjunto armonioso, conjunto que no hemos de considerar como una mezcla, en la cual alguno de los dos elementos citados pierda sus características propias, sino como una transmutación divina, según la cual todo lo que había de esclavitud en la ley se cambia en suavidad y libertad, de modo que, como dice el Apóstol, no vivamos ya esclavizados por lo elemental del mundo, ni sujetos al yugo y a la esclavitud de la ley.
Éste es el compendio de todos los beneficios que Cristo nos ha hecho; ésta es la revelación del designio amoroso de Dios: su anonadamiento, su encarnación y la consiguiente divinización del hombre. Convenía, pues, que esta fulgurante y sorprendente venida de Dios a los hombres fuera precedida de algún hecho que nos preparara a recibir con gozo el gran don de la salvación. Y éste es el significado de la fiesta que hoy celebramos, ya que el nacimiento de la Madre de Dios es el exordio de todo este cúmulo de bienes, exordio que hallará su término y complemento en la unión del Verbo con la carne que le estaba destinada. El día de hoy nació la Virgen; es luego amamantada y se va desarrollando; y es preparada para ser la Madre de Dios, rey de todos los siglos.
Un doble beneficio nos aporta este hecho: nos conduce a la verdad y nos libera de una manera de vivir sujeta a la esclavitud de la letra de la ley. ¿De qué modo tiene lugar esto? Por el hecho de que la sombra se retira ante la llegada de la luz, y la gracia sustituye a la letra de la ley por la libertad del espíritu. Precisamente la solemnidad de hoy representa el tránsito de un régimen al otro, en cuanto que convierte en realidad lo que no era más que símbolo y figura, sustituyendo lo antiguo por lo nuevo.
Que toda la creación, pues, rebose de contento y contribuya a su modo a la alegría propia de este día. Cielo y tierra se aúnen en esta celebración, y que la festeje con gozo todo lo que hay en el mundo y por encima del mundo. Hoy, en efecto, ha sido construido el santuario creado del Creador de todas las cosas, y la creación, de un modo nuevo y más digno, queda dispuesta para hospedar en sí al supremo Hacedor.
R/. Celebremos, con devoción, en este día el nacimiento de María, Virgen perpetua y Madre de Dios cuya vida ilustre da esplendor a todas las Iglesias.
V/. Con todo el corazón y toda el alma, cantemos la gloria de Cristo en esta sagrada fiesta de María, la excelsa Madre de Dios.
R/. Cuya vida ilustre da esplendor a todas las Iglesias.
Poema a la Virgen María. Lope de Vega
El 8 de septiembre se celebra el nacimiento inmaculado de María…
Hoy nace una clara estrella
tan divina y celestial,
que con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace della.
De Ana y de Joaquín oriente
de aquesta estrella divina
sale su luz clara y dina
de ser pura eternamente:
el Alba más clara y bella
no le puede ser igual,
que con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace della.
No le iguala lumbre alguna
de cuantas bordan el cielo,
porque es el humilde suelo
de sus pies la blanca luna:
nace en el suelo tan bella,
y con luz tan celestial;
que con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace della.
Lope de Vega – 1562–1635
Hoy nace una clara estrella
tan divina y celestial,
que con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace della.
De Ana y de Joaquín oriente
de aquesta estrella divina
sale su luz clara y dina
de ser pura eternamente:
el Alba más clara y bella
no le puede ser igual,
que con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace della.
No le iguala lumbre alguna
de cuantas bordan el cielo,
porque es el humilde suelo
de sus pies la blanca luna:
nace en el suelo tan bella,
y con luz tan celestial;
que con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace della.
Lope de Vega – 1562–1635
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