San José, Obrero.Sagrada Familia de Torreciudad |
Hoy celebramos al padre nutricio de Jesús, justo y humilde carpintero de Nazaret, que pasa la vida no sólo en la meditación y la oración, sino también en las fatigas de su artesanía. José es el símbolo de la prudencia, del silencio, de la generosidad, de la dignidad y de la aplicación en el trabajo; también lo es de los derechos y de los deberes respecto del trabajo.
San José fue un auténtico obrero en el pleno sentido de la palabra, y el único hombre que compartió con el Hijo de Dios la tarea de todos los días.
Hoy la Iglesia recuerda, en el día de los trabajadores, a San José, obrero.
Juan Pablo II enseña que los hombres descubren pronto la cruz en su trabajo; precisamente por ello el esfuerzo humano es redentor, pues Cristo lo ha unido a su pasión: también él fue obrero y predicó su evangelio del trabajo conociendo íntimamente esta realidad que tiene por protagonistas a todos los hombres y mujeres del mundo
Juan Pablo II enseña que los hombres descubren pronto la cruz en su trabajo; precisamente por ello el esfuerzo humano es redentor, pues Cristo lo ha unido a su pasión: también él fue obrero y predicó su evangelio del trabajo conociendo íntimamente esta realidad que tiene por protagonistas a todos los hombres y mujeres del mundo
.La exhortación apostólica Redemptoris custos, escrita por Juan Pablo II y publicada el 15 de agosto de 1989, es considerada la carta magna de la teología de San José.1
El origen de la fiesta litúrgica de San José Obrero se remonta al 1 de Mayo de 1955. Ese día, Roma era un hervidero de gentes venidas de muchas partes del orbe, y en la Ciudad Eterna parecía correr un aire nuevo, recién estrenado. Era un encuentro multitudinario y gozoso de más de 200.000 obreros con el Papa Pío XII. Ese mismo día, 1 de Mayo de 1955, en el incomparable marco de la plaza de San Pedro repleta de trabajadores, el Papa proclamaba la Fiesta del Trabajo, y en el calendario de la Iglesia universal nacía la fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores.
El Trabajo
Al menos, desde 1898, en que León XII abordó el tema del trabajo y la situación de los trabajadores con su importantísima encíclica Rerum Novarum, la Iglesia ha sido pródiga en la publicación de documentos sobre la llamada "cuestión social". Entre estos documentos, se puede destacar Quadragesimo Anno, de Pío XI; Mater et magistra, del Beato Juan XXIII; la Gaudium et spes, del Concilio Vaticano II; Populorum Progressio, de Pablo VI, y la Laborem exercens, de Juan Pablo II, en la que se profundiza sobre la espiritualidad del trabajo.
ORACIÓN A SAN JOSÉ
Oh Dios, que por una providencia inefable, tuviste a
bien elegir al Bendito San José como esposo de Tu Madre, Te rogamos nos
concedas que, como le veneramos como protector en la tierra, podamos merecer
tenerlo como intercesor en el cielo. Tu que vives y reinas por los siglos de
los siglos. Amén.
Oh glorioso San
José, ayúdanos a utilizar los dones que hemos recibido del Dios Todopoderoso:
Para trabajar con confianza, orden, paz, moderación y,
paciencia, sin negar jamás nuestras responsabilidades y dificultades
Para trabajar sobre todo con una intención pura y una
separación del interés en sí mismo; teniendo siempre presente la hora de la
muerte y el recuento que debemos hacer del tiempo malgastado, de los talentos
desempleados, del bien deshecho y, de nuestro vacío orgullo en el éxito.
Alcánzanos, San José, la gracia de hacer siempre la Santa Voluntad de Dios. Amén.
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