INFOVATICANA.
Por su defensa de la Cristiandad ante las dos
grandes amenazas diabólicas:
El fundamentalismo islámico y la ideología de
género.
Su discurso ante el Sínodo y su libro “Dios o
Nada” han sido de los textos más
leídos del año que hoy termina.
Su libro,
Dios o Nada, publicado este año en varios países en formato entrevista,
es uno de
los libros de índole religiosa más vendidos del año. En él, el Cardenal
desgrana su
vida, su experiencia pastoral y los desafíos a los que se enfrenta
la Iglesia,
con una clarividencia que el propio Benedicto
XVI ha calificado de:
El Papa
emérito, en su
dedicatoria del libro, señala lo siguiente: He leído Dios o nada
con gran provecho espiritual, alegría y
gratitud. Vuestro testimonio de la Iglesia
en África, del sufrimiento durante la época
del marxismo en Guinea y de una
vida espiritual dinámica, tiene gran
importancia para la Iglesia.
Es singularmente relevante y profundo lo que
afirma acerca de la centralidad
de Dios, la celebración de la liturgia y la
vida moral de los cristianos.
Su valiente respuesta a los planteamientos
de la “teoría de género” clarifica
una cuestión antropológica
fundamental.
Por su
parte, el propio Gänswein, prefecto de la Casa Pontificia y secretario
personal
del Papa emérito, comparó a Sarah con el Papa Gelasio, el último
papa
africano, que atravesó el mediterráneo para enfrentar las invasiones bárbaras.
Durante el
Sínodo de los Obispos, celebrado en Roma en octubre de este año,
el Cardenal
Sarah leyó un discurso histórico a los padres sinodales.
Lea también: Carta al Papa de
trece cardenales de peso
“Nos encontramos entre la ideología de género
e ISIS”,
calificando a estas
realidades
como “dos bestias apocalípticas” y recalcando su origen demoníaco.
Un origen
demoníaco que se demuestra en que tanto los defensores de la ideología
de género
como los terroristas islámicos exigen una “regla universal y
totalitaria” y
son “violentamente intolerantes, destructores de familias, la
sociedad
y la
Iglesia, y son abiertamente cristianófobos”.
Sarah
ha querido poner rostro a estas amenazas y ha señalado como
manifestaciones
de la
ideología de género al grupo radical feminista Femen, el lobby LGBT y
la multinacional abortista Planned
Parenthood.
También ha
recordado a los obispos presentes en el Sínodo “las masacres islámicas”
que se
produjeron el pasado 26 de junio en Francia, Kuwait, Somalia y Túnez.
Lea también: África impide que
el Rin desemboque en el Tíber
En opinión
de este prelado, nuestra sociedad se enfrenta por un lado a la
“desintegración de la familia en
el Occidente secularizado” a través del
“divorcio
rápido y fácil, el aborto, las uniones homosexuales y la eutanasia”
y por otro
a la “pseudo-familia del Islam ideologizado que legitima
la poligamia, la subordinación femenina, la
esclavitud sexual,
el
matrimonio infantil”.
Esta
defensa de la fe y de las verdades cristianas frente a las amenazas del mundo
le han
valido grandes ataques desde la prensa anticlerical.
Lea también: El prelado
homosexual y la prensa anticristiana,
Nacido el
15 de junio 1945, en Ourous, Guinea Conakry.
Después de
la escuela primaria y secundaria, en 1957 se vio obligado a salir del
país para
continuar sus estudios en el seminario menor de Bingerville, en
Costa de
Marfil. De regreso a Guinea después de la independencia, en octubre de 1958,
completó
sus estudios en el seminario menor de Dixinn.
Cuando la
escuela fue requisada por el gobierno guineano, tuvo que regresar a la
parroquia
de Sainte Croix, en Kindia, para completar sus estudios.
Fue
ordenado sacerdote el 20 de julio de 1969 y poco después fue enviado a Roma
donde
obtuvo la
licenciatura en teología en la Pontificia Universidad Gregoriana, habiendo
enriquecido
su formación en el Pontificio Instituto Bíblico.
Después de
un período de estudios en el Instituto Bíblico de Jerusalén (1971-1972),
obtuvo la
licencia en sagrada escritura.
De vuelta a
su patria, fue nombrado párroco de Boké, donde permaneció desde 1974
a 1976 y
posteriormente asumió el rectorado del seminario menor Juan XXIII
de Kindia,
expulsando, nada más llegar, a todos los seminaristas, por su
no
idoneidad para el sacerdocio.
Fue
consagrado arzobispo el 8 de diciembre de 1979, por el Cardenal Giovanni
Benelli.
Cuando
recibió la ordenación episcopal, era el obispo más joven del mundo,
con 34 años
de edad.
El 1 de
octubre de 2001, Juan Pablo II lo nombró secretario de la Congregación
para la
Evangelización de los Pueblos, cargo que ocupó durante nueve años,
hasta el 7
de octubre de 2010, cuando el papa Benedicto XVI lo nombró presidente
del Consejo
Pontificio “Cor Unum”, en sustitución del Cardenal Cordes.
En palabras
de John Allen, Sarah es una encarnación clásica de la ética que prevalece
entre
muchos prelados africanos – profundamente tradicionalista en las guerras de la
cultura,
pero fuertemente progresista sobre temas de justicia social como el medio
ambiente,
la guerra y la paz, la igualdad económica y el buen gobierno.
El 1 de
septiembre 2010 Mons. Sarah criticó al líder libio Gadafi, por su llamada a la
conversión
de toda Europa al islamismo, lo etiquetó como una falta de respeto al Papa,
Italia y la
Iglesia y dijo que “Hablar de la conversión de todo el continente europeo
al Islam no tiene ningún sentido porque es el
pueblo por sí solo quien decide
conscientemente ser cristiano, musulmán o
seguir otras religiones”.
En octubre
de 2013 participó en el sínodo de los obispos y afirmó lo siguiente:
“Nuestro trabajo pastoral de la caridad es un
gran instrumento de la evangelización,
tanto para los trabajadores y los que reciben
sus servicios, La iglesia no es una
agencia de servicios sociales.
Su objetivo es siempre y en todas partes para
llevar a la gente al Dios que es amor,
y que se realiza a través concreta que
demuestra que el amor.
Aunque nunca la Iglesia une sus ofertas de
ayuda a las promesas de la
conversión muchas personas han llegado a la fe
en Cristo y se unió a la iglesia
a causa del amor que vivieron a través de la
caridad católica.
La actividad misionera y la caridad – en forma
de educación, salud, saneamiento,
ayuda al desarrollo y la defensa de los
derechos humanos – siempre han ido de la mano”.
Lea también: ¿Quién es…Robert
Sarah?
En ese
mismo sentido calificó el lema de Cáritas formulado por Rodriguez Maradiaga
de «UNA
FAMILIA HUMANA: CERO POBREZA» como “irreal”.
Afirmó: “sería sabio no seguir algunos
eslóganes irreales. No me queda muy claro
qué significa cero pobreza, porque Cristo dijo
que siempre tendremos a los pobres.
Entonces, ¿cuál es la forma real en la que
podemos luchar contra la pobreza?
Es complicado cancelarla completamente”.
En la
homilía pronunciada durante unas ordenaciones en Francia llamó la atención
sobre los
peligros del mundo moderno:
“En este momento hay referencias morales más
comunes. . No sabemos lo que está mal
y lo que es correcto […] Esto es serio, esto
no debe ser confundido, esto es transformar
el estado de error de la vida . […] Si tenemos
miedo de proclamar la verdad del Evangelio,
si nos avergonzamos de denunciar las graves
desviaciones en el campo de la moral,
si nosotros nos acomodamos en este mundo de la
laxitud moral y el relativismo religioso
y ético, si tenemos miedo de denunciar
enérgicamente las leyes abominables nueva ética
global, el matrimonio, la familia, en todas
sus formas, el aborto, las leyes en total oposición
a las leyes de la naturaleza y de Dios, y que
las Naciones Unidas y culturas
occidentales promueven e imponen los medios de
comunicación y sus economías,
a continuación, las palabras proféticas de
Ezequiel caen sobre nosotros como
un reproche divino”.
Creado
cardenal diácono por Benedicto XVI en el consistorio del 20 de noviembre 2010
bajo el
título de San Juan Bosco en la Via Tuscolana.
Es miembro
de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
Y de los
Consejos Pontificios para los Laicos y de Justicia y Paz.
Habla con
fluidez el inglés, francés e italiano. En Febrero de 2013, el cardenal
Robert Sarah
viajó a
Jordania para visitar a los refugiados sirios en el país.
Lea también: Robert Sarah
nombrado prefecto de Culto Divino
Tras ser el
Presidente del Pontificio Consejo Cor Unum, el Papa Francisco nombró en
noviembre
de 2014 a Robert Sarah como encargado de velar por la Liturgia.
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