Cincuenta días después de la Pascua , el Señor envía al Espíritu Santo. Aniversario fundacional de la Iglesia y en mi ciudad, Málaga, se celebrará en la Catedral, el día del Apostolado Seglar, el día reservado a los laicos.
No se celebró Vigilia de Pentecostés en esa Catedral, aunque sí en dos parroquias, que recuerde.
Nosotros, un grupo de laicos nos hemos reunido en una capilla y entre rezos y cantos en penumbra, hemos esperado la Luz del Espíritu que llegó simbolicamente con el encendido de todas las luces de la capilla.
En este tiempo de Evangelización que el Papa nos pide poner en marcha y el recuerdo orante de los cristianos perseguidos, han estado presentes en nuestra humilde Vigilia, que esperamos mejorar cada año, para así recibir los Dones y Frutos del Espíritu Santo que mas convenga al Servicio del Señor .
Feliz y Santo Día a todos,
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
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