A ti, sumo y eterno Sacerdote
de la nueva alianza,
se ofrecen nuestros votos y se elevan
los corazones en acción de gracias.
Desde el seno del Padre, descendiste
Desde el seno del Padre, descendiste
al de la Virgen Madre;
te haces pobre, y así nos enriqueces;
tu obediencia, de esclavos libres hace.
Tú eres el Ungido, Jesucristo,
Tú eres el Ungido, Jesucristo,
el Sacerdote único;
tiene su fin en ti la ley antigua,
por ti la ley de gracia viene al mundo.
Al derramar tu sangre por nosotros,
tu amor complace al Padre;
siendo la hostia de tu sacrificio,
hijos de Dios y hermanos tú nos haces.
Para alcanzar la salvación eterna,
Para alcanzar la salvación eterna,
día a día se ofrece
tu sacrificio, mientras, junto al Padre,
sin cesar por nosotros intercedes.
A ti, Cristo pontífice, la gloria
A ti, Cristo pontífice, la gloria
por los siglos de los siglos;
tú que vives y reinas y te ofreces
al Padre en el amor del Santo Espíritu. Amén.
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