En el número 102 de la Evangelii Gaudium, el papa
Francisco habla de los laicos creyentes. Es bueno conocer su pensamiento.
En primer lugar el Papa constata que son la mayoría del pueblo de Dios.
Desde punto de vista apostólico es una fuerza descuidada. Y en parte
desenfocada. Su horizonte está hacia dentro de la Iglesia y no
hacia las periferias que nos señala el Papa y que mucho antes nos señaló el
Señor Jesús:“Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos,
bautizándolos en el nombre del padre y del Hijo y del Espíritu Santo.” (Mt
28,19)
Al servicio del laicado en la
Iglesia está la minoría de ministros ordenados.
Es importante esta observación del Papa. Este servicio condicionará a
los fieles que tratemos. Ellos pueden ser personas con grandes ideales o,
por el contario aves de corral. Nuestra responsabilidad de sacerdotes es
enorme.
Señala el Papa, con razón, que hay un laicado católico numeroso, aunque
insuficiente, trabajando en la catequesis, en la caridad y en las
celebraciones. Aspectos importantísimos de nuestro ser cristiano.
Nuestra responsabilidad cristiana no arranca de nuestros genes, de nuestra
salud, de nuestra familia, de nuestro entorno. Arranca de nuestro Bautismo
y Confirmación. El sello impreso por ambos sacramentos nos marca
para toda la vida y nos capacita para mostrar la Buena Nueva de Jesús en toda
circunstancia.
¿Por qué esta gracia y capacidad no se muestra con igual intensidad en
todas partes?
En algunos casos por falta de formación cristiana para sumir esa
responsabilidades. En otros, por un excesivo clericalismo que no cuenta con
los laicos cristianos en sus decisiones.
Luego el Papa llega al centro del problema: “Si bien se percibe
una mayor participación de muchos en los ministerios laicales, este
compromiso no se refleja en la penetración de los valores cristianos en el
mundo social, político y económico. Se limita, muchas veces, a las tareas
intraeclesiales, sin un compromiso real por la aplicación del Evangelio a
la transformación de la sociedad. La formación de laicos y la
evangelización de los grupos profesionales e intelectuales constituyen un
desafío pastoral importante.”
Refiere el autor :
Durante muchos años de Capellán Universitario he procurado siempre que
las lecturas de la Eucaristía las realizaran los estudiantes.
Aguardo el tiempo que sea necesario. Luego, en la homilía les explico: “Os
corresponde hacer algunas lecturas en la Misa. Debéis hacerlas.
Pero vuestra misión principal como laicos católicos no es leer en la
Eucaristía. Lo puedo hacer yo. Vuestra misión está hoy en la
Universidad con vuestros compañeros. En las clases, en el campus, en
las actividades universitarias. Mañana en la política, en la economía, en
la salud, en los tribunales, en la familia, etc, etc, Allí donde no puedo
llegar yo.”
Si no vamos por este camino, tendremos creyentes a tiempo parcial, por
horas, como nos dice el Papa Francisco. Tenemos la mejor red de apóstoles
del mundo sin usar o usada inadecuadamente.
El desafío de nuestros creyentes está en su presencia en el mundo civil. En la vida cotidiana que
realizan en contacto con otras personas.
No olvidemos que el laicismo quiere quitar todos los signos religiosos
de la vida pública. Y cuando tiene poder los retira. Qué importante es
que restituyamos a vida pública signos vivos.
P. Julio Sainz Torres. Sacerdote Claretiano (web religion en libertad)
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