...Y fue Crucificado, muerto... |
¡Oh cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor y en fruto.
¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!
Cantemos la nobleza de esta guerra,
el triunfo de la sangre y del madero;
y un Redentor, que en trance de Cordero,
sacrificado en cruz, salvó la tierra.
Dolido mi Señor por el fracaso
de Adán, que mordió muerte en la manzana,
otro árbol señaló, de flor humana,
que reparase el daño paso a paso.
Y así dijo el Señor: «¡Vuelva la Vida,
y que el Amor redima la condena!»
La gracia está en el fondo de la pena,
y la salud naciendo de la herida.
¡Oh plenitud del tiempo consumado!
Del seno de Dios Padre en que vivía,
ved la Palabra entrando por María
en el misterio mismo del pecado.
¿Quién vio en más estrechez gloria más plena,
y a Dios como el menor de los humanos?
Llorando en el pesebre, pies y manos
le faja una doncella nazarena.
En plenitud de vida y de sendero,
dio el paso hacia la muerte porque él quiso.
Mirad de par en par el paraíso
abierto por la fuerza de un Cordero.
Al Dios de los designios de la historia,
que es Padre, Hijo y Espíritu, alabanza;
al que en la cruz devuelve la esperanza
de toda salvación, honor y gloria. Amén.
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Adoremos a nuestro Redentor, que por nosotros y por todos los hombres quiso morir y ser sepultado para resucitar de entre los muertos, y supliquémosle diciendo:
en hoja, en flor y en fruto.
¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!
Cantemos la nobleza de esta guerra,
el triunfo de la sangre y del madero;
y un Redentor, que en trance de Cordero,
sacrificado en cruz, salvó la tierra.
Dolido mi Señor por el fracaso
de Adán, que mordió muerte en la manzana,
otro árbol señaló, de flor humana,
que reparase el daño paso a paso.
Y así dijo el Señor: «¡Vuelva la Vida,
y que el Amor redima la condena!»
La gracia está en el fondo de la pena,
y la salud naciendo de la herida.
¡Oh plenitud del tiempo consumado!
Del seno de Dios Padre en que vivía,
ved la Palabra entrando por María
en el misterio mismo del pecado.
¿Quién vio en más estrechez gloria más plena,
y a Dios como el menor de los humanos?
Llorando en el pesebre, pies y manos
le faja una doncella nazarena.
En plenitud de vida y de sendero,
dio el paso hacia la muerte porque él quiso.
Mirad de par en par el paraíso
abierto por la fuerza de un Cordero.
Al Dios de los designios de la historia,
que es Padre, Hijo y Espíritu, alabanza;
al que en la cruz devuelve la esperanza
de toda salvación, honor y gloria. Amén.
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Adoremos a nuestro Redentor, que por nosotros y por todos los hombres quiso morir y ser sepultado para resucitar de entre los muertos, y supliquémosle diciendo:
Señor, ten piedad de nosotros
- - Señor y Maestro nuestro, que por nosotros te sometiste incluso a la muerte,
enséñanos a someternos siempre a la voluntad del Padre - Señor, ten piedad de nosotros
- - Tú que, siendo nuestra vida, quisiste morir en la cruz para destruir la muerte y todo su poder,
haz que contigo sepamos morir también al pecado y resucitar contigo a una vida nueva - Señor, ten piedad de nosotros
- - Rey nuestro, que como un gusano fuiste el desprecio del pueblo y la vergüenza de la gente,
- haz que tu Iglesia no se acobarde ante la humillación, sino que, como tú, proclame en toda circunstancia el honor del Padre
- Señor, ten piedad de nosotros
- - Salvador de todos los hombres, que diste tu vida por los hermanos,
- enséñanos a amarnos mutuamente con un amor semejante al tuyo
- Señor, ten piedad de nosotros
- - Tú que al ser elevado en la cruz atrajiste hacia ti a todos los hombres,
- reúne en tu reino a todos los hijos de Dios dispersos por el mundo
- Señor, ten piedad de nosotros
- -Jesús, que con tu sufrimiento nos has salvado, recibe nuestra súplica y perdónanos,
- para que por tu misericordia podamos servir a los demás, según tu voluntad.
- Señor, ten piedad de nosotros
*Te Adoramos Señor y te Bendecimos, que por Tu Santa Cruz redimiste al mundo
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