Al conmemorar la muerte de nuestro Señor Jesucristo,
de la que brotó la vida del mundo, oremos a Dios Padre,
diciendo:
de la que brotó la vida del mundo, oremos a Dios Padre,
diciendo:
Por la muerte de tu Hijo, escúchanos, Señor
- - Mantén, Señor, la unidad de la Iglesia
- - Protege al Papa Francisco
- Santifica por tu Espíritu a los obispos, presbíteros,
diáconos y a todo tu pueblo santo
diáconos y a todo tu pueblo santo
- - Acrecienta la fe y la sabiduría de los catecúmenos
- - Congrega a los cristianos en la unidad
- - Haz que Israel llegue a conseguir en plenitud la
- redención
- - Ilumina con tu gracia a los que no creen en Cristo
- - Haz que quienes no creen en Dios lleguen a descubrir
- tu amor a través de las obras de la creación
- - Guía los pensamientos y decisiones de los gobernantes
- - Concede tu consuelo a los atribulados
- - Da tu perdón pleno a los difuntos
La Piedad, del Baratillo (Sevilla) |
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
El Entierro de Cristo. Luca Giordano 1655 |
Cristo padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo para que
sigamos sus huellas. Él no cometió pecado ni encontraron engaño
en su boca; cuando lo insultaban, no devolvía el insulto; en su
pasión no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del
que juzga justamente. Cargado con nuestros pecados subió al leño,
para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus heridas
nos han curado. (1P 2,21-24)
No hay comentarios:
Publicar un comentario