Al terminar el año, agradecer y pedir perdón: Francisco
En lo que fue la última celebración de este año 2013, el Papa Francisco presidió las primeras vísperas de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios, en la Basílica de San Pedro. Ahí hizo una sentida reflexión sobre la visión cristiana del tiempo y de la historia, que “no es cíclica, sino lineal: es un camino que va hacia un cumplimiento”.
Francisco subrayó que el año que ha pasado “no nos lleva a una realidad que termina sino a una realidad que se cumple, es un ulterior paso hacia la meta que está delante de nosotros: una meta de esperanza y una meta de felicidad, porque encontraremos a Dios, razón de nuestra esperanza y fuente de nuestra alegría”.
“Mientras el año 2013 llega a su final, recogemos, como en un cesto, los días, las semanas, los meses que hemos vivido, para ofrecer todo al Señor. Y preguntémonos, con coraje: ¿cómo hemos vivido el tiempo que Él nos ha donado? ¿Lo hemos usado sobre todo para nosotros mismos, para nuestros intereses, o hemos sabido gastarlo también en los otros? ¿Cuánto tiempo hemos reservado para “estar con Dios”, en la oración, en el silencio, en la adoración?”, cuestionó Francisco.
Al llegar el último día de este año el Papa exhortó a los cristianos a agradecer y pedir perdón: “Agradecemos por todos los beneficios que el Señor nos ha dispensado, y sobre todo por su paciencia y fidelidad, que se manifiestan en la sucesión de los tiempos, pero de modo particular en la plenitud del tiempo, cuando “Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer”.
Terminó su breve reflexión pidiendo “que la Madre de Dios, en cuyo nombre mañana iniciaremos un nuevo tramo de nuestro peregrinaje terrenal, nos enseñe a acoger al Dios hecho hombre, para que cada año, cada mes, cada día esté colmado de su eterno Amor”.
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