CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
Corazón Inmaculado de María,
causa de nuestra alegría.
Bendice a tus Misioneros de la Caridad.
Ayúdanos a hacer todo el bien que podamos.
Guárdanos en tu corazón puro.
Y así podamos pedirle a Jesús
A través de él, en él y con él.
Amén.
MEMORARE (ACUÉRDATE)…
Acuérdate, piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir
que uno sólo de cuantos han acudido a tu protección
e implorado tu socorro haya sido desamparado.
Yo pecador, animado por tal confianza,
acudo a tí, Madre Virgen de las Vírgenes;
a tí vengo, delante de tí me presento gimiendo.
No quieras, Madre del Verbo,
desechar mis palabras;
antes bien,
óyelas benignamente y ayúdanos a cumplirlas.
Amén
Aparición de la virgen a San Bernardo de Claraval |
Si te agitan las olas de la soberbia, de la ambición o de la envidia, mira a la estrella, llama a María.
Si la ira, la avaricia o la impureza impelen violentamente la nave de tu alma, mira a María.
Si turbado con la memoria de tus pecados, confuso ante la fealdad de tu conciencia, temeroso ante la idea del juicio, comienzas a hundirte en la sima sin fondo de la tristeza o en el abismo de la desesperación, piensa en María.
En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir su ayuda intercesora no te apartes tú de los ejemplos de su virtud. No te descaminarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si en ella piensas.
Si ella te tiene de su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás sí es tu guía; llegarás felizmente al puerto si Ella te ampara
San Bernardo de Claraval
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