A los que predestinó, los llamó.
A los que llamó, los justificó.
En este día de la Inmaculada, pongamos en manos de María, toda nuestra historia, la vocación a la que estamos llamados, la Santidad, ya seamos clérigos, religiosos o laicos.
Recemos a nuestra Madre del Cielo, para que nos ayude y nos acompañe en estos tiempos confusos, y con nosotros, ruegue al Espíritu Santo por esta Iglesia Católica, Apostólica y Romana, que tanto sufre en todo el mundo.
Ave María Purísima,
- Ruega por nosotros
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