Hoy, rezamos los Misterios Gozosos |
La devoción al Inmaculado Corazón de María es muy antigua; pero modernamente, después de las revelaciones de Fátima, ha adquirido un incremento extraordinario. Presentamos algunas de las manifestaciones y palabras de la Virgen en Fátima:
"JESUS quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. A quien la abrazare, prometo la salvación."Ella misma dijo a Lucía, una de las videntes:
"Yo nunca te abandonaré. Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá a Dios."
"Para salvarlos (a los pobres pecadores) el, Señor quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón."
"Si se hace lo que os diré, se salvarán muchas almas y habrá paz; pero si no se hace, si no cesan de ofender al Señor, se manifestará la Divina Justicia con nuevos y más graves castigos."
"Recen todos los días el Santo Rosario."
"No ofendan más al Señor, que es ya demasiado ofendido."
La Virgen recomendó, que con frecuencia, y sobre todo al hacer algún sacrificio, se dijese: "Oh Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los pecadores, y en reparación de las injurias cometidas contra el Inmaculado Corazón de María." Dijo también la Virgen en Fátima que, terminada cada una de las decenas del Rosario, se rezase esta plegaria:
"Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados; líbranos del fuego del infierno; lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tú misericordia."
Eucaristía |
La Gran Promesa del Inmaculado Corazón de María
La Santísima Virgen dijo también a Lucía:
"Mira, hija mía, mi Corazón rodeado de las espinas con las cuales los hombres ingratos lo hieren cada momento con sus blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme, y anuncia de mi parte que Yo prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para la salvación a todos los que en el Primer Sábado de cinco meses consecutivos, confiesen, reciban la Santa Comunión, recen la tercera parte del Rosario y me hagan compañía durante quince minutos, meditando los misterios del Rosario, con el fin de ofrecerme reparación." La práctica de esta devoción, paralela a la gran Promesa del Sagrado Corazón de Jesús a los que practican los Nueve Primeros Viernes de mes, es muy sencilla, y consiste en:
- Confesión Sacramental, que puede hacerse durante la semana antes o después del Primer Sábado de mes;
- La Comunión el mismo Primer Sábado de mes
- Rezar una parte (cinco misterios) del Santo Rosario;
- Hacer compañía a la Virgen Santísima durante un cuarto de hora meditando o pensando en los misterios del Rosario;
- Hacer esto durante cinco primeros sábados de mes sin interrupción;
- Tener la intención de consolar, honrar y desagraviar al Inmaculado Corazón de María.
A todo esto hace María Santísima la Gran Promesa de conceder en la hora de la muerte las gracias necesarias para la salvación. Quiere esto decir que no permitirá que muera en pecado mortal el que cumpla con las condiciones requeridas.
Agradezcamos a la Santísima Virgen María esta Gran Promesa y procuremos cumplir, con la devoción tan sencilla y consoladora, de los Cinco Primeros Sábados de mes.
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